miércoles, 11 de noviembre de 2015

Eurocopa 2016: La gran oportunidad de Francia



Disputar una Eurocopa en tu propia casa es algo que, con suerte, sucede una vez en la vida. Hacerlo en un momento de forma, con una generación envidiable y una mezcla de veteranía, juventud y ganas, es algo que sucede una vez cada 100 años y no se puede dejar escapar esa oportunidad. Ahora la tiene Francia, cuartofinalista del pasado Mundial, eliminada por la mínima por una Alemania que a la postre se alzaría con el cetro internacional. Llama un poco la atención que en las casas de apuestas que, a noviembre de 2015, se coloque a los galos como principales favoritos a la par con los teutones para hacerse con la Eurocopa. Y es aunque los últimos resultados no invitan a pensar en que Francia tenga posibilidad alguna, pues muy lejos queda ya aquel subcampeonato mundial de 2006, los próximos anfitriones han madurado y evolucionado, y ahora lo tendrán todo de cara. Además, pueden presumir de haber conquistado los dos torneos que han celebrado, tanto la Eurocopa en 1984 como el Mundial en 1998, un factor más para pensar en su optimismo.

En 2008 el ridículo fue mayúsculo, cayendo en la fase de grupos con una generación ya pasada de rosca en una situación que se puede comparar a lo que le sucedió a España en Brasil el pasado verano. Luego, en 2010, llegó el famoso motín del vestuario, con la plantilla dividida, jugadores apartados, otros confesores del cuerpo técnico, diferencias raciales. Todo un mejunje que obligó a una limpia necesaria, a un partir de cero que ha llevado a los franceses a estar al nivel al que hoy juegan. Como mala suerte puede clasificarse que en 2012 se cruzaran con España y en 2014 con Alemania, que entonces no dejaban títeres con cabeza. 

Desde que Didier Deschamps (campeón del Mundial 1998 y la Eurocopa 2000) cogiera el equipo en verano de 2012 su hacer ha sido impecable. A la plantilla que dejó Blanc hay que sumar todos los talentos que han ido saliendo en los últimos años de la Clairefontaine, la residencia de los bleus desde que son unos críos. No en vano, Francia se coronó como campeona del Mundial Sub20 de 2013 con jugadores como Pogba, Zouma, Digne, Kondogbia o Thauvin, y sólo dos años antes se quedó en semifinales del mismo torneo con la ayuda de Griezmann, Lacazzette o Coquelin. 

Lloris, capitán de Francia / REUTERS
Y es que estar en la lista de los 23 elegidos para la Eurocopa no va a ser sencillo. Prácticamente nadie tiene el puesto asegurado y, salvo Nasri, con quien no va el asunto, por delante queda un sprint de más de seis meses para no quedarse cortado y no ver el torneo desde el sofá. Sólo Hugo Llorís, capitán, líder, santo y seña de la portería, puede dormir más o menos tranquilo con la tranquilidad de que el dorsal número uno es suyo.

La Francia de Deschamps es una Francia de toque, de armonía, uno de los equipos más elegantes con la pelota, muy versátil y también muy vertical. Dispone sobre el campo un 4-3-3 que va mutando gracias al buen acople de los jugadores. El aspecto defensivo es el punto más débil y no sólo por la línea de la zaga, que es algo endeble y, más que nada, inexperta, sino porque es un conjunto acostumbrado a la pelota, pero no es dominador de la posesión como puedan ser Alemania o España y atrás, concede. 

Probablemente el lateral derecho sea el puesto más vulnerable ya no sólo de la defensa, sino de todo el once. Debuchy, relegado al banquillo en el Arsenal por Bellerín, tendrá que remar a contracorriente para estar en la lista definitiva en un puesto que hoy parece destinado a un Sagna que es más bien una montaña rusa. En el eje de la zaga, a día de hoy, Koscielny y Varane parecen inamovibles, pero hay que andar con pies de plomo y ver cómo termina la temporada un Zouma que tiene todo el futuro por delante y que es una de las únicas noticias positivas del Chelsea. Los tres se postulan fijos salvo lesión, y con ellos estará o bien Sakho, o bien Laporte, o bien Mangala, todos haciendo un gran año. En el lateral zurdo tiene Deschamps otra incógnita. Evra sigue quemando sus últimos cartuchos, pero se antoja dura su batalla con Tremoulinas. De las lesiones del sevillista dependerá su continuidad en la Liga y su presencia en el torneo. El tercero en discordia es el jovencísimo Digne, que de seguir al nivel del que disfruta hoy Roma debería estar en la lista. Otro que tiene que buscar el equilibrio es Kurzawa, joven valor de las categorías inferiores a quien su cabeza mal amueblada de momento ha perjudicado más que beneficiado. E incluso Amavi, gran fichaje del Aston Villa para el perfil zurdo.

El centro del campo parece quizás la zona más estable. El pasillo de seguridad de Deschamps donde Pogba y Matuidi son los perfectos interiores, mezcla de músculo y calidad, y donde sólo resta saber quién jugará como pivote entre medias de los dos. Cabaye y Schneiderlin se han ido disputando esa posición. El del Crystal Palace tiene la titularidad asegurada en su club, mientras que el del Manchester United está un poco más expuesto siempre debido a las excentricidades de Louis van Gaal y a la mayor competencia en Old Trafford. No se pueden relajar tampoco. Coquelin, del Arsenal, viene pegando fuerte, haciendo una temporada meritoria con los de Wenger y llamando a la puerta de su primera convocatoria con la absoluta. Tampoco se puede olvidar uno de Sissoko, el caos hecho fútbol, muy del agrado de Deschamps y un recurso carne de banquillo con la capacidad de revolucionar cualquier partido. Tampoco venderá la piel barata Payet. El del West Ham ha sido indiscutible en las últimas convocatorias y su nivel en la Premier invita a pensar que pudiera haber sido un fijo de no haberse lesionado. De cómo retorne y de su final de temporada dependerán sus opciones. Sin olvidar tampoco a Rabiot, que a sus 20 años es una delicia de ver en los minutos que le da Blanc en el PSG.

En la delantera llega el bendito problema. Con la situación delicada de Benzema y Valbuena y su futuro incierto, no parece que la ausencia de los dos fuera a ser un problema crítico. Cierto que Karim es vital y su rendimiento mejora con la camiseta nacional al sentirse el jugador capital, pero el nivel de sus recambios no sería para tornar una ausencia del madridista en tragedia. Junto a Benzema jugarán dos mediapuntas caídos en los costados. Uno será seguro Griezmann, mientras que el otro saldrá de una dura batalla que ya ha empezado entre Lacazette, al que le avalan 40 goles entre la pasada temporada y lo que va de esta; Martial y su sorpresivo su rendimiento desde que ha llegado a Manchester; Coman, convenciendo a Guardiola y robando minutos a Müller, Götze y compañía; Ben Arfa, que tras amenazar con la retirada está posiblemente en el mejor momento de su carrera. Cómo debe andar de nivel que ha hecho las paces con el propio Deschamps, con quien lleva peleado desde que el francotunecino jugara en el Marsella. En su mejor versión, el ex del Newcastle es uno de los jugadores más difícil de parar. También anda por ahí Giroud, aunque este es claro suplente de Benzema y el propio Valbuena. Los que parece que han dejado escapar ya el tren son Gameiro y Remy, como también Clichy.

Pogba y Benzema celebran un gol / REUTERS
No se puede obviar tampoco las ausencias de Ribery y Ménez. El del Bayern, tras una eterna lesión, parece dispuesto a volver a los terrenos de juego el próximo mes. Ni imaginarme quiero cómo llegue siquiera a un 70% de su nivel. Aunque es cierto que parece complicado que tras tanto tiempo pueda ponerse a tono. Ménez, por su parte, ha dejado escapar ya varios trenes con la lesión sufrida recientemente. No retornará hasta 2016 y le debería costar llegar a su nivel antes de su problema grave en la cadera.

Si nos atenemos a la última convocatoria de Deschamps, por unos motivos o por otros, se han quedado fuera jugadores de la talla de: Payet, Ménez, Valbuena, Benzema, Coquelin, Sakho, Zouma, Debuchy, Tremoulinas, Rabiot, Lacazette, Laporte, Ribery, Ménez, Kondogbia, Nasri, Kurzawa, Gameiro o Clichy.

No será fácil ser uno de los 23 elegidos para disputar un acontecimiento único. Francia, hoy en día 24ª clasificada en un Ranking FIFA que lidera Bélgica ya que en estos últimos dos años no juegan partidos oficiales y no hacen más que perder puntos, tiene una oportunidad soñada. Nunca ningún título salió de allí, las dos coronas internacionales celebradas en territorio galo se encuentran en sus vitrinas y el rendimiento de la selección cuando juega en casa se multiplica. 




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