sábado, 21 de noviembre de 2015

Andrija Zivkovic, la calma antes de la tempestad

Zivkovic, con el Partizán / GETTY IMAGES
A pocos jugadores tengo más ganas de ver en el fútbol europeo de primer nivel que a Andrija Zivkovic (19, Serbia). Si le tengo fe a alguno de los juveniles chicos que en unos años deberán maravillar al mundo entero en la Champions League es al jugador serbio del Partizán de Belgrado. A sus 19 años, este extremo zurdo, pero que prefiere jugar por la derecha, está sonando y resonando por toda Europa para enrolarse en las filas de equipos de postín.

Recuerdo la primera vez que oí hablar de él. Fue hace exactamente dos años, a finales de 2013, cuando debutó con la selección en un partido amistoso contra Japón que sirvió como homenaje para la despedida de un viejo rockero como Dejan Stankovic. Se convirtió entonces, a sus 17 años y 93 días, en el jugador más joven que jamás había jugado con la absoluta Serbia. Un récord que parece, permanecerá durante años. 

Sólo unos meses después estallaba en el país balcánico el llamado 'Asunto Zivkovic', bautizado así por el propio Veljko Paunovic, entrenador de las categorías inferiores de la selección Serbia. Y es que en plena celebración de la Eurocopa Sub19 de 2014 en Hungría, con Serbia en las semifinales, el Partizán llamó a su jugador para que hiciera las maletas en pleno torneo y volviera a casa para jugar la ronda previa de la Champions ante el sorprendente Ludogorets. Se armó el taco, con la FIFA reclamando la presencia del jugador hasta el final del torneo, con el club serbio aireando un contrato por el cual se había fijado que el jugador debería volver, con Paunovic siendo bombardeado a preguntas en cada rueda de prensa y con el propio Zivkovic, que guardó silencio, en la encrucijada de decidir entre el equipo que le pagaba y le daría a conocer o en negarse y jugar un torneo que nunca más tendría posibilidad de disfrutar. 

Zivkovic en el debut con Serbia / FIFA
Al final perdieron todos. Serbia cayó en semifinales en el primer encuentro sin su chico maravilla, el Partizán no pasó a la fase de grupos de Champions y las relaciones entre el club y la federación se enturbiaron. ¿Tan importante era para el Partizán un chico de sólo 17 años? Sí. Rotundamente sí. De hecho, unos meses antes de todo este sainete, el club serbio ya le había otorgado el brazalete de capitán cuando sólo contaba con 17 años y ocho meses. Otra vez más, el jugador más joven en la historia en conseguir tal honor. 

Su progresión en 2015 está siendo meteórica y es entonces cuando se ha dejado de ver una promesa para empezar a observar que ya es una realidad. Zivkovic es un jugador de banda derecha, aunque zurdo. Lleva el balón siempre cosido al pie, su velocidad y cambio de ritmo son algunos de sus puntos más fuertes. Es capaz de frenar en seco para volver a arrancar o partir desde cero y coger rápido una velocidad de crucero que no pierde en los primeros metros, sino que mantiene. Su disparo con la zurda es potente y colocado y sabe llegar bien al área. De hecho, este curso se ha destapado como goleador, una faceta totalmente desconocida hasta ahora, y desde que empezó el campeonato en septiembre lleva ya nueve goles y siete asistencias. Es difícil verle en el campeonato nacional, pero está siendo una de las revelaciones de la Europa League (comparte grupo con el Athletic). 

Se hizo mayor en Nueva Zelanda un par de meses antes de comenzar la temporada cuando, ahora sí, le dejaron jugar el Mundial Sub20 completo con Serbia. Llama la atención su ausencia en el podio de galardonados, porque no suele ser común que el mejor jugador del equipo campeón se vaya a casa sin premios individuales. Quiso premiar la organización el exotismo de Adama Traoré al llevar a Malí tan lejos; el liderazgo de un Danilo Barbosa que llevó a Brasil a la final pese a jugar con un elenco de incompetentes; y el trabajo y la constancia de un Milinkovic-Savic que fue un sobresaliente durante todo el torneo. Pero se olvidó del mejor, del que puso los quilates, del que realmente condujo a Serbia a lograr su primer título internacional, quizás porque se llevó a casa el premio al mejor gol del torneo y así no se iba de vacío. Fue un gran error. 

Pero en el torneo vimos otra faceta del serbio, una totalmente desconocida. Fue ante Uruguay, el que quizás fuera uno de sus mejores partidos en la cita, pese a irse derrotado. Vimos a Zivkovic fuera de un entorno eléctrico, sin espacios, sin tiempo para ejecutar, siempre con dos o tres rivales encima. Y lo que se vio fue la capacidad de un superclase, de un talento innato nacido por y para esto. Ante la falta de espacios, se decidió a buscarlos él. Bajó a recibir, combinó al primer toque, intentó que el balón fluyese lo más rápido posible. Descosió por completo a la zaga de los charrúas. Puso pases milimétricos, con precisión de cirujano, a sus delanteros. 

Hasta sus andares, su expresión corporal, te dice la primera vez que le ves que es un jugador diferente. No le hace falta tocar el balón para enseñarle al rival que está por encima de él. Zivkovic es disciplinado y trabajador sin balón, aunque parece más bien apático, sereno, calmado. Hasta que se hace con él, entonces se convierte en un torbellino, revoluciona la jugada, el partido, coge desprevenidos a rivales que piensan que todo ha pasado para entonces azotarlos con un cambio de ritmo, un caracoleo o un recorte. Hasta que decide o bien terminar la jugada, ya sea en forma de tiro o de asistencia con esa visión particular que Dios le ha dado, o bien frenar otra vez para volver a empezar. 

"Es increíble lo que Zivković puede hacer en su carrera con su habilidad técnica. Él es un gran jugador cuando tiene el balón y posee un remate fuerte y preciso. Con Zivković en tu línea de ataque, puedes esperar cualquier cosa. También, aunque es joven, nunca descuida sus tareas defensivas, una faceta en la que es igual de impresionante", dice de él Radovan Curcic, actual seleccionador serbio. Más escueto y directo es Mihajlovic, el hombre que le hizo debutar. "Este niño va a ser muy bueno"

El caso es que Zivkovic termina contrato el próximo 30 de junio y a partir del 31 de diciembre cualquier club del mundo puede negociar con él para ficharle sin pagar ni un sólo euro. Y pocas novias no le han faltado desde que debutó. Jovica Zivkovic, su padre y agente, ya confirmó en verano que jugaría todo 2015 en el Partizán por decisión propia tras rechazar ofertas en firme del Benfica, del Saint Etienne y del Chelsea (que sólo unos meses antes había sacado de allí a Danilo Pantic), así como propuestas informales de Celta, Sevilla, Valencia o Atlético de Madrid. Aunque no es seguro que cumpla su compromiso total en Serbia hasta final de temporada. El Partizán, dado que no parece que se vaya a extender el contrato, no descarta hacer algo de caja con él en este enero. Su presidente, eso sí, se enorgullecía meses atrás nombrando a todos los equipos a los que había dado el portazo cuando venían a por el jugador. El asunto ahora ha cambiado mediante fondos de inversión y es que la propiedad del jugador ya no es sólo del Partizán, que posee sólo el 25%. Su padre y representante, Jovica Zivkovic tiene otro 25% de su pase mientras que el 50% restante está en manos del agente Pini Zahavi y su fondo de inversión.

El Benfica ha vuelto a la carga y en los últimos meses se daba por seguro su fichaje. Ahora, el Atlético de Madrid ha preguntado por él de una forma más firme y Veljko Paunovic, que pudo haber entregado varios informes al club rojiblanco sobre alguno de sus chicos, es su máximo valedor y podría ejercer de consejero. No son los únicos y desde Inglaterra se asegura que Arsenal y Tottenham (en cuyo filial juega Veljkovic, gran amigo de Andrija) ya están en negociaciones por él. Europa entera quiere a Zivkovic. Él lo tiene claro: "Quiero mantener los pies en el suelo. Escucho todo lo que me dice todo el mundo, pero sé muy bien que todavía tengo que trabajar muy duro y seguir creciendo. La única forma en la que puedo hacer esto es ir paso a paso. Espero poder triunfar con la selección absoluta como he hecho en las categorías inferiores. Mi sueño es seguir mejorando y un día llegar a ser uno de los mejores jugadores".

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