martes, 4 de julio de 2023

La incógnita de Caglar Söyüncü

Michael Regan/Getty Images
                                                    Michael Regan/Getty Images

En diciembre de 2019, las oficinas del Leicester no paraban de echar humo. Caglar Söyüncü, el zaguero que apenas llevaba como titular cuatro meses en la entidad, era pretendido por casi todos los grandes clubes del mundo. A la cabeza, Pep Guardiola y un Manchester City que ansiaban reforzar la defensa. Laporte se había lesionado para cuatro meses y Stones, que también había sufrido problemas físicos, no estaba en su mejor momento, dejando prácticamente en solitario a Otamendi como central puro. Así, Pep Guardiola trató de acometer su fichaje y los citizens ofrecieron cerca de 45 millones de euros por un central turco que apenas un par de años antes era un cuasi desconocido. La negativa de un Leicester ambicioso que había empezado la temporada como un tiro (marchaban segundos al iniciarse la segunda vuelta) tanto en invierno como en verano supuso que al Etihad acabaran llegando Nathan Aké y Rubén Días cuando el mercado de fichajes se volvió a abrir, y el Leicester se quedó en sus filas con el jugador que al término de la temporada fue elegido defensa en el XI Ideal de la Premier League 2019-2020.

Caglar Söyüncü, hoy jugador del Atlético de Madrid (no es oficial, pero el jugador ya está en Madrid y firmó su contrato hace semanas), siempre fue futbolista, aunque no siempre lo hizo como central. Nació en Izmir (Turquía) y rápido destacó por querer jugar al fútbol. En sus años de formación, lo hizo como delantero. Prácticamente desde los 10 hasta los 15 años ocupó la posición de goleador y no la que luego ejerció como profesional. A los 11 tuvo que salir de casa cuando llegó a buscarle la academia del Bucaspor. "Abandonar mi casa fue muy difícil. Vivía en una sala muy grande con otros 25 niños. Nos enseñaban sobre la vida. Por la mañana íbamos a clase, luego entrenábamos, y el resto del día estábamos limpiando o haciendo tareas del hogar hasta que a las 9 de la noche apagaban las luces y nos teníamos que acostar. Para mí era como un orfanato. Estuve allí dos años. Fue muy difícil. Muchos chicos apenas aguantaron unas semanas. Yo solo veía a mis padres una vez al mes y mi madre dice que si lo hubieran pensado un poco mejor, nunca me habrían dejado ir". La realidad es que la familia necesitaba dinero y la opción de que su hijo se convirtiera en futbolista era muy atractiva, aunque sabían que el camino era difícil. Allí, Caglar conoció a Cengiz Under, con quien luego coincidiría tanto en la selección como en el Leicester.

Con el paso de los años, y con fichajes por diferentes equipos una vez salió de la academia, su demarcación se fue retrasando hasta que a los 16 años y tras unos meses como mediocentro acabó jugando como central. Curiosamente, Söyüncü apenas jugó en sus años de formación en equipos destacados o en canteras importantes hasta que llegó a la disciplina del Altinordu, ya con 18 años. De hecho, él no lo habría querido de haber tenido la oportunidad, pues siempre había tenido la idea de que para poder ser visto y fichado por equipos mejores era más positivo estar en equipos de menor entidad donde pudiera destacar y donde se le pudiera ver más. 

Esto le sirvió, pues poco antes de cumplir los 18 fue convocado con la selección Sub18, y nada más cumplir la mayoría de edad firmó con Altinordu, un club de la Segunda División de Turquía, considerada una de las mejores academis de fútbol base del país. Los inicios no fueron demasiado esperanzadores, pues se quedó todo el primer año prácticamente en el banquillo sin minutos. Remató la temporada de manera horrorosa, después de que en los tres partidos de clasificación para la Europ Sub19 Turquía encajara 13 goles (ante Portugal, España y Georgia) y no pudiera sacar ni un solo empate. Pero todo cambió a la temporada siguiente. Söyüncü se hizo con un puesto de titular, se erigió como jefe de la zaga del equipo y empezó a asombrar al fútbol turco. Se saltó la categoría Sub21 (solo jugó un partido) y pronto fue llamado por Fatih Terim para debutar con la absoluta, de la que nunca saldría. La convocatoria, eso sí, le valió críticas y reprimendas al seleccionador. No se entendía que confiara en un jugador que jugaba en Segunda División. y sin apenas experiencia. Tenía 19 años y esa temporada le había cambiado la carrera futbolística. 

El verano de 2016, varios equipos de ligas importantes de Europa se lanzaron a por su fichaje. Galatasaray, Besiktas y Sevilla fueron los más interesados. También el Atlético de Madrid. "Firmaremos en los próximos días por un club español. El Atlético de Madrid también lo ha seguido muy de cerca", admitía Mustafa Dogru, su agente, al ser cuestionado por una transferencia a Sevilla que desde los medios españoles se daba como cerrada por 2 millones de euros. Pero la entrada en liza de otros equipos subió la subasta y quien terminó pujando más alto fue el Friburgo, que entonces acababa de ascender a Bundesliga. Tenía sentido siguiendo el curso de la carrera juvenil que había llevado el turco, y es que en el Sevilla había tres centrales de renombre como Rami, Pareja y Mercado, mientras que el Atleti poseía una de las defensas más potentes de Europa con Giménez, Godín, Savic y Lucas Hernández. Por si fuera poco, el Friburgo puso encima de la mesa 8 millones de euros a los que no iban a llegar los clubes españoles y si quedaba alguna duda aquello fue definitorio.

Aquel curso, Söyüncü fue titular y el Friburgo no solo logró la permanencia, sino que acabó en puestos europeos. Su adaptación a un fútbol tan físico como el alemán fue perfecto y en la segunda temporada sus prestaciones mejoraron, convirtiéndole en uno de los defensas más atractivos del panorama futbolístico y en uno de los protagonistas del verano. Liverpool, Arsenal, Manchester City y Manchester United, además del Bayern Múnich, fueron relacionados con el central turco, que entonces acababa de cumplir 22 años y ya estaba preparado para dar el salto. Él, en cambio, aceptó una oferta del Leicester City, que desembolsó 22 millones de euros por el jugador. Los foxes habían ganado recientemente la Premier League y un año antes habían llegado a los cuartos de final de la Champions League. Parecía el escenario ideal para seguir creciendo y brillar. No era un equipo top, pero se le parecía y no contaba con nombres, más allá del de Harry Maguire, con los que no se pudiera competir en el centro de la zaga. 

Pero la realidad es que, en su primer año, Söyüncü apenas jugó en la Premier League. El problema es que ese mismo verano Jonny Evans acabó firmando por los foxes, y se convirtió en la pareja en la zaga de Maguire. Dos jugadores británicos, con experiencia en la Premier que acabaron dejando toda la temporada en el banquillo al prometedor central turco. Cuando un verano después, el Manchester United puso encima de la mesa 80 millones de euros para firmar a Harry Maguire, Brendan Rodgers, que solo llevaba unos meses en el cargo, decidió que no había que firmar un titular y que sería Söyüncü el que daría un paso adelante. Y el Leicester se convirtió en la mejor defensa del campeonato

"Esperábamos que pudiera entrar en el equipo y que tuviera el impacto que ha tenido. Solo cuando trabajas cerca de él aprecias sus cualidades. Tiene todo lo que se busca de un central moderno: defiende bien, sabe jugar con el balón, es agresivo en el aire, es fuerte físicamente, anticipa bien a sus rivales, es rápido y puede cubrir una gran cantidad de terreno de juego. Tiene un enorme potencial", afirmaba Brendan Rodgers sobre su nuevo pilar en el equipo. Los expertos de la Premier se deshacían en elogios. "Ahora entiendo por qué el Leicester no reinvirtió el dinero de Maguire en otro defensa. Sabían lo bueno que es Söyüncü. Se merece los elogios que está recibiendo", admitía Gary Lineker. "Adoro ver jugar a Söyüncü", tuiteaba Jamie Carragher. El turco aparecía en las primeras posiciones en todas las facetas estadísticas que se le pueden pedir a un central: recuperaciones, bloqueos, entradas con éxito, duelos ganados, duelos aéreos ganados... Pero también en los de construcción, superando incluso a Van Dijk como el defensa con mejor porcentaje de pases acertados hacia adelante.

Y mientras él hacía las delicias de la Premier, se le empezaba a comparar con aquel que admitía ser su modelo: Carles Puyol. Aunque siempre ha revelado que también le gustaba mucho mirar a Matt Hümmels. Quizás buscando un nuevo Puyol apareció el Barcelona, a la par que el Manchester City, con esa megaoferta que los foxes desoyeron. No iban a aceptar vender a su jugador en una temporada en la que el Leicester pasó casi todas las jornadas entre la segunda y la tercera plaza y en la que perdió el acceso a Champions en la penúltima fecha. Con todo, Söyüncü terminó la temporada entrando en el XI ideal de la Premier, elegido como central junto a Virgil Van Dijk. 

Fue en ese momento cuando la negativa rotunda a vender al turco, también en verano, acabó con el City desembolsando millonadas por Rubén Dias y por Aké, que fueron siempre las opciones secundarias. Lo sorprendente es que Söyüncü, diestro, acostumbraba a jugar en el perfil zurdo en una defensa de cuatro sin problemas. "Estoy cómodo ahí porque me gusta usar bastante mi pie izquierdo", señalaba el curso pasado, aunque también admitía que le gusta jugar en línea de tres, algo que presumiblemente se prevé como el sistema que utilizará en el Atleti de Simeone. "No tienes más que mirar que en la temporada 2020-2021 jugamos juntos Fofana, Evans y yo y ganamos la FA Cup". Söyüncü, por cierto, jugó mayoritariamente acostado en el lado izquierdo, situación que parece propiedad de Hermoso, pero también tuvo minutos en el eje de la zaga. "Ese año sufrimos mucho, porque tuvimos muchas lesiones Fofana, Evans y yo"

Y es que las lesiones mermaron una temporada en la que el turco cuajó otra vez un nivel sensacional, pero un desgarro muscular le dejó KO durante casi tres meses en los primeros compases de competición y supuso un pequeño bajón en un equipo que había comenzado la temporada a ritmo de campeón, liderando la tabla en algunas de las primeras jornadas y repitiendo lo que había sucedido un curso antes, donde después de pasar casi toda la temporada en puestos de Champions League dejaron escapar la cuarta plaza a dos jornadas del final.

Todo se empezó a torcer para Söyüncü (y para el Leicester) un curso más tarde. La 2021-2022 empezó de manera inmejorable, con los foxes ganando la Community Shield al Manchester City, pero la temporada pronto se quedó sin alicientes, más allá de luchar por puestos europeos, y de hacer un buen papel en Conference League una vez vueron eliminados en grupos de Europa League. Söyüncü evidenció el declive del equipo, con un bajón considerable que se transformó en puntuales errores de bulto, fallos de concentración y todo tipo de acciones dignas de clips aptos para las risas generalizadas en Twitter. Aquel central dominador, aguerrido, fuerte e infranqueable que había asustado a los delanteros de la Premier durante dos años parecía totalmente ido por momentos en el césped. 

Entrando en su último año de contrato y sin intención de renovar, toda vez que buscaba un salto a un grande que el Leicester no le permitió, en 2022 los foxes se plantearon la salida de Söyüncü pero entonces era el zaguero el que no estaba muy por la labor. Su valor de mercado había decaído un poco, las ofertas que le llegaban no eran tan jugosas como las que había tenido uno y dos años antes y en solo seis meses más tendría la condición de jugador libre y negociar su futuro sin necesidad de intervención del club. En esas, los foxes le pusieron en el escaparate y, considerando su venta como factible, ficharon a Wout Faes como recambio. 

"Realmente pensábamos que se iba a marchar, así que hemos fichado un sustituto", esgrimió Brendan Rodgers una vez mediada la 2022-2023 para justificar su salida del once inicial. Los foxes habían decidido que no tenía sentido darle minutos a un jugador que se iba a ir libre meses después y castigaron al futbolista con el banquillo y la grada. Por eso, la 2022-2023 de Söyüncü es prácticamente imposible de evaluar. No ha contado con minutos nunca hasta que el Leicester ha terminado por verle las orejas al lobo. Con la destitución de Brendan Rodgers, el nuevo técnico sí decidió echar mano del turco para intentar salvar un descenso que al final se terminó consumando, pero la realidad es que, falto de ritmo competitivo durante meses, Söyüncü jugó a buen nivel pero no pudo sostener el rendimiento físico y se lesionó para los últimos tres partidos.

Tímido, muy cerrado consigo mismo y muy poco dado a una vida expuesto, Söyüncü está en las antípodas del fútbol moderno. Apenas usa las redes sociales, no presume de extravagancias y admite querer tener una vida pasando inadvertido disfrutando de su pequeño círculo de familia y amigos. Se sabe famoso en su país (es uno de los jugadores más queridos por la afición) y revela que cuando está allí de viaje apenas puede salir a la calle o dar un paseo por un centro comercial. Él cree tener la respuesta para ser tan querido: "Si hubiera jugado en el Besiktas, solo me querrían los del Besiktas. Si hubiera jugado en el Galatasaray, solo me querrían en el Galatasaray, pero al haber jugado en un equipo pequeño de Segunda División..."

Ahora el Atleti firma a un jugador que es una incógnita. A su mejor nivel, es uno de los mejores centrales de Europa, pero es cierto que hace ya más de dos años que Söyüncü no muestra esa versión. Todo lo contrario. Además, llega sin saber el idioma, algo que le fue un obstáculo en su primer año en Inglaterra, aunque no en Alemania. "El principal motivo por el que no le he convocado más es porque no habla casi nada de inglés", admitió Puel en el primer año del turco en Leicester. "No habla ni pizca de alemán, pero eso no es problema, porque él habla el idioma del fútbol", señaló su entrenador en el Friburgo. Con todo, es un jugador puro de vestuario. Un bromista. Él mismo hace chascarrillos con su parecido con Lord Farquaad, el personaje de la saga de películas Shrek. Siempre está sonriendo y suele saludar a los compañeros con un pequeño golpe en las costillas o enganchándoles por el cuello. Por eso, añoran cuando Cags, como le suelen llamar en los vestuarios por la dificultad de pronunciar su nombre (se pronuncia Charlar), saluda con un simple merhaba (hola, en turco). Lo que ha dejado ver en estas últimas dos temporadas en el césped ha sido más negativo que positivo. Un futbolista con un bajón de rendimiento al que se le suman pequeños problemas musculares repetidos y una falta de ritmo competitivo que no augura nada bueno. Si recupera su mejor nivel y es capaz de estar concentrado, el Atleti habrá ganado un activo que sumará mucho. 

miércoles, 23 de marzo de 2022

El cuento mágico de Moustapha Cissé


Alessio Marini/LiveMedia/NurPhoto via Getty Images
Alessio Marini/LiveMedia/NurPhoto via Getty Images

Los niños de los 90 enamorados del fútbol crecimos viendo en la gran pantalla la historia de Santiago Múnez, un adolescente mexicano entrado a EEUU de manera ilegal que acababa siendo ojeado en su liga amateur dominical por un antiguo cazatalentos que le llevaba al Newcastle donde, tras una primera impresión fatídica, se acababa haciendo un hueco en la Premier League hasta fichar por el Real Madrid de los Galácticos. Gracias a aquella historia, me he cruzado con cientos de aficionados que dicen tener simpatía por el Newcastle e, incluso, cuando estuve en St. James Park allá por 2019, algún aficionado del club me confundió, por mi habla hispana, con uno de esos chicos mexicanos que se había enamorado de su equipo gracias al film.

La historia, con tintes parecidos, puede haber tenido ahora lugar en Italia, en la Serie A. Moustapha Cissé no es ilegal, es refugiado. Llegó a Italia a los 16 años. Como le pasaba al protagonista en la ficción, a Cissé se le murió su padre. Y este fue el motivo que llevó a un crío que aún tenía dos años por delante para cumplir la mayoría de edad a abandonar Guinea y llegar al país transalpino. Quiso la fortuna que recalara en Lecce, porque ahí se le abrió un abanico de posibilidades y pronto encontró su camino gracias al balón. 

Pronto se enroló en las filas del ASD Rinascita Refugees, un equipo que, como indica su nombre, está íntegramente conformado por jugadores refugiados que terminan en Italia. El club juega en la octava categoría del fútbol italiano, que tiene un total de nueve niveles en su pirámide. Es decir, Cissé, hasta hace unas semanas, jugaba en la misma liga de barrio a la que hemos podido jugar cada uno de nosotros que no damos una patada a un bote. Si ahora mismo nos mudáramos a Italia y decidiéramos crear un equipo desde abajo y apuntarnos a un campeonato en Lecce, empezaríamos en la novena categoría, solo una por debajo de donde jugaba el hoy flamante delantero de la Atalanta.

Porque Cissé ya no es jugador de ligas de barrio (y barro) dominicales. A finales de febrero, la Atalanta acometió su fichaje. Los más de dos goles por partido de media que marcaba bien mostraban que el chico, de solo 18 años, estaba para mucho más. ¿Para tanto? Pues la DEA creyó que sí y los informes de sus scouters fueron magníficos para terminar firmando a un jugador por el que no tuvieron que pagar traspaso.

El 23 de febrero, la Atalanta anunciaba su fichaje y además lo hacía apostando realmente por él. Un jugador desconocido iba a ocupar una plaza de extracomunitario, tan cotizadas y siempre reservadas a futbolistas que puedan tener un impacto inmediato en la primera plantilla. De alguna manera, posiblemente de rebote, Cissé lo ha hecho. En sus tres primeras semanas, con el equipo Primavera, disputó tres partidos de Liga y uno de Copa. Le hizo un doblete al Milán y uno más al Nápoles. Tres tantos en cuatro duelos. Si bien la octava división se le quedaba pequeña, quizás la liga de filiales con el juvenil también. 

Así que, ante la alarmante presencia de pólvora encendida y la ausencia de delanteros, porque la Atalanta tiene la enfermería a rebosar, Gasperini tuvo la ocurrencia de llevarse el fin de semana pasado a Bolonia al chico nuevo que acababa de llegar y que apenas había entrenado con la primera plantilla. Con Zapata lesionado, además de otros atacantes como Ilicic, Cabezas, Miranchuk, Boga o Malinovskyi, el ataque fue todo cosa de un Muriel nada inspirado y que pasada la hora de juego se fue al banquillo. Gasperini miró a sus hombres de refresco y ordenó al dorsal 99 que entrase al campo por el colombiano. 

Corría el minuto 65, el marcador indicaba 0-0 y a la Atalanta no solo se le escapaba casi definitivamente la lucha por la Champions, sino que empezaba a peligrar también su plaza de Europa League. Además, todo el peligro venía por parte del Bolonia, con un Arnautovic encendido pero errático cara al gol. Pero el 99 era el chico recién llegado, un Moustapha Cissé al que nadie le había regalado nada, lo había peleado todo y había bailado con la más fea como para ahora temer el privilegio de jugar un partido de la máxima categoría. Hace solo un mes, vacunaba a defensas que le triplicaban la edad, le doblaban el peso, y aún olían al bocadillo de bacon con queso que habían desayunado en el bar del polideportivo donde se jugaba su liga amateur. Ahora lo hacía a las mejores defensas del mundo.

Jugó 25 minutos y le sobraron ocho. Apenas había tocado el balón cuando recibió dentro del área de Pasalic, controló con la derecha y batió a Skorupski con la izquierda. Dos toques. Tac. No sabemos cuál es la pierna buena y cuál es la mala (es zurdo). No volvió a tener el balón entre sus botas. No le hizo falta. Ahora solo sabemos que las historias de cuentos de hadas existen. Que la realidad supera a la ficción. Que Gasperini tendrá que contar sí o sí con un muchacho que parece elegido. Y que estaremos encantados de descubrir su historia. Y su fútbol. 


lunes, 18 de octubre de 2021

La perla de la semana: Julián Álvarez


"Calidad, generosidad, picardía", así definía Marcelo Gallardo a Julián Álvarez en 2018. Entonces siendo menor de edad, el pequeño punta argentino estaba en boca de todos. Su hacer con el juvenil de River Plate estaba asombrando a las categorías inferiores del fútbol sudamericano y su eclosión parecía que iba a ser inmediata. Pero fue todo lo contrario. A fuego lento, con pasos cortos y pequeños. De hecho, incluso, muchos se atrevieron a aceptar que Julián Álvarez nunca iba a ser una estrella y que ni siquiera iba a tener calidad para jugar en un grande de Argentina. Le habían puesto la etiqueta de niño maravilla tan temprano y él no había roto como todos esperaban, que lo que era simple adaptación, evolución, crecimiento físico y acomodo al profesionalismo se entendió como estancamiento. 

Y es que algo había cambiado en aquel 2018. Julían Álvarez, que nunca había formado parte de las categorías inferiores de Argentina (ni Sub15, ni Sub17, ni Sub20), de repente fue llamado a filas por Sampaoli para ser sparring, y la sombra de Messi, de cara a los preparativos para el Mundial. El chico, que acababa de cumplir los 18 años, ni se lo creía e incluso disfrutó cuando el '10' le dejó por los suelos. "Me tiró un caño y él se rio, pero más feliz estaba yo". Aquello aceleró el proceso de Marcelo Gallardo de empezar a convocarle con los mayores y poco después de Rusia 2018 llegó su debut con el primer equipo de River. Como premio mayor, ingresó en la final de Copa Libertadores que se jugó en Madrid, entrando al campo cuando el partido aún iba 1-1 en la prórroga y formando parte de la plantilla que derrotó al que una vez pudo ser su equipo.

Porque a inicios de década, 10 años atrás, Julián Álvarez pudo ser jugador de Boca Juniors, y también del Real Madrid. En la capital española estuvo probando un mes, dejando anonadados a los técnicos blancos, que no pudieron ficharle por la normativa que impedía contratar a futbolistas menores de edad. A Boca, en cambio, le dio calabazas tras unas semanas de entrenamientos porque su sueño era jugar en River, donde finalmente recaló y hasta hoy. "Yo, de River", contestaba, pícaro, cuando le preguntaron de qué equipo era, tras meter un Hattrick con el equipo de su barrio, Deportivo Calchín, a los 12 años. 

Pero el vacío entre esa final de la Libertadores y hoy ha sido mayúsculo. Han sido casi tres años de continua lucha para hacerse con un sitio que nunca ha tenido sencillo. Si un chico joven quiere jugar en un grande del país, lo va a tener siempre más complicado porque otros contrastados como Borré, Suárez o Pratto han estado siempre por delante. Con la selección, las sensaciones eran agridulces. Argentina quedó subcampeona del Sudamericano Sub20 tras perder el último partido ante Brasil, que le dio el título a Ecuador, pero Julián Álvarez quedó elegido en el XI ideal del torneo. Jugó por banda, jugó de mediapunta, jugó de delantero. En el Mundial, en cambio, su actuación fue mucho más discreta y Argentina cayó en la primera eliminatoria ante Malí.

Gallardo le daba muy pocos minutos y sus actuaciones no eran merecedoras de pedir más. En Liga apenas jugaba y era la Copa Libertadores donde podía disfrutar un poco más. Cuando el fútbol argentino se detuvo por la pandemia, su situación era una incógnita. Parecía una eterna promesa que se había estancado. Fue hace exactamente un año cuando todo cambió. Las bajas obligadas por positivos y su crecimiento personal durante el confinamiento le hicieron dar un paso adelante en el que llegaron los resultados. Jugó como titular los partidos de Copa y fue fundamental en la fase de grupos de la Copa Libertadores, donde encadenó cuatro partidos marcando y dando un golpe encima de la mesa para demostrar que aún no había dicho la última palabra.

Si bien, aquello no le valió para ser diferencial en los momentos importantes, pues tanto en Liga como en las eliminatorias del torneo continental Gallardo volvió a dejarle como jugador de banquillo y de pocos minutos en según qué partidos, sí sirvió para que River se replanteara que el chico realmente podía tener futuro y que debían darle una oportunidad cuando Santos Borré abandonara el club. Y nada pudo haber sido más acertado.

Scaloni decidió llevársele a la Copa América, pese a que recibió críticas por ello, pues aún estaba verde, y el chico dispuso de minutos en el partido frente a Bolivia. Ahora no hay quien le pare. Esta misma semana le ha hecho tres goles a San Lorenzo, en su primer hattrick profesional, y hace solo 15 días le metió un doblete a Boca. La 'Araña', como le apodan por su facilidad por aparecer por todo el campo, suma 10 goles y cuatro asistencias en apenas 12 jornadas que aúpan a River al liderato. Es el pichichi de la Liga junto a Ojeda y Pepe Sand, y eso que se ha perdido cuatro encuentros al estar en convocatorias de Argentina. Su contrato expira en diciembre de 2022, y ahí River tendrá que encontrar la manera de renovar a un jugador que siempre ha sido paciente con su club y que no oculta fantasea con jugar en Europa. A punto de cumplir los 22, su eclosión no ha sido tan precoz como se auguraba, pero Julián Álvarez ha tirado la puerta abajo sin llamar, y lo ha hecho para quedarse. 


miércoles, 13 de octubre de 2021

Jugadores que terminan contrato en 2022

Jugadores que terminan contrato el 30 de junio de 2022. Se puede negociar libre por ellos desde el 31 de diciembre de 2021.

Actualizado a 2 de marzo de 2022

LISTA COMPLETA DE LAS MEJORES LIGAS

Liga Española:
-Real Madrid: Modric, Bale, Marcelo, Isco.
-FC Barcelona: Sergi Roberto, Dembélé, Ansu Fati, Pedri.
-Atlético de Madrid: Luis Suárez, Vrsaljko, Héctor Herrera, Felipe.
-Valencia: Cheryshev, Piccini, Jason, Blanco.
-Sevilla: Fernando.
-Real Sociedad: David Silva, Monreal, Januzaj, Ahien Muñoz, Robert Navarro.
-Athletic: Raúl García, Balenziaga, De Marcos, Dani García, Capa.
-Villarreal: Albiol, Asenjo, Aurier, Trigueros.
-Rayo Vallecano: Mario Suárez, Falcao, Qasmi, Bebe, Zidane.
-Espanyol: Oier, Diego López, Fran Mérida, Didac Vila, Melendo.
-Cádiz: Negredo, Álex Fernández, Jonsson, Akapo, José Mari, Salvi Sánchez, Marcos Mauro.
-Celta: Nolito.
-Osasuna: Oier Sanjurjo, Íñigo Pérez.
-Elche: Barragán, Pastore, Piatti, Lucas Pérez, Edgar Badía, Fidel, Palacios, Carrillo, Pere Milla, Josan, Diego González.
-Alavés: Laguardia, Joselu, Guidetti, Edgar, Tomás Pina, Navarro, Pere Pons, Sivera, Aguirregabiria, .
-Granada: Jorge Molina, Víctor Díaz, Montoro, Germán Sánchez, Bacca, Eteki, Lozano.
-Betis: Joaquín, Bravo, Guardado, Joel, Tello, Camarasa.
-Mallorca: Manolo Reina, Salva Sevilla, Oliván.
-Getafe: Damian Suárez, Nyom, Timor.
-Levante: Coke, Vukcevic, Radoja, Duarte, Clerc, Miramón, Bardhi.

Liga Inglesa:
-Manchester United: Grant, Mata, Pogba, Cavani, Lingard.
-Chelsea: Thiago Silva, Rudiger, Azpilicueta, Christensen, Baker.
-Manchester City: Carsson, Fernandinho.
-Arsenal: Lacazette, Elneny, Chambers, Nketiah.
-Liverpool: Milner, Adrian, Karius, Origi.
-TottenhamLlorís.
-Leicester City: Amartey.
-Everton: Lonergan, Begovic, Tosun, Delph, Sigurdsson, Kenny, Branthwaite.
-Southampton: McQueen, Long, Forster, Stephens, Lewis, McCarthy.
-Burnley: Cork, Lennon, Bardsley, Pieters, Stephens, Jay Rodríguez, Barnes, Mee, Vydra, Tarkowski.
-West Ham: David Martin, Fabianski, Noble, Ogbonna, Yarmolenko, Fredericks, Ben Johnsson.
-Aston Villa: Ashley Young, Hause.
-Leeds: Forshaw.
-Brighton: Wellbeck, Gross, Locadia, Baluta.
-Wolverhampton: Moutinho, Marçal, Ruddy, Saiss.
-Watford: Foster, N'Koulou, Cleverley, Kucka, Tufan, Sierralta.
-Norwich: Pukki, Rupp, Norman, Cantwell.
-Newcastle: Schär. Sean Longstaff, Dummett.
-Crystal Palace: Clyne, Ayew, Schlupp, McArthur, Tomkins, Kouyate, Kelly.
-Brentford: Zanka, Jansson, Jeanvier, Thompsson. 


Liga Italiana:
-Juventus: De Sciglio, Cuadrado, Bernardeschi, Perín, Dybala.
-Nápoles: Mertens, Ospina, Ghoulam, Juan Jesús, Malcuit.
-Roma: Fazio, Mkhtaryan, Santon.
-Inter de Milán: Cordaz, Arturo Vidal, Handanovic, Perisic, Ranocchia, Kolarov, D'Ambrossio, Vecino, Brozovic.
-Fiorentina: Bonaventura, Callejón, Saponara.
-AC Milan: Ibrahimovic, Kjaer, Conti, Romagnoli, Kessie.
-Lazio: Reina, Lucas Leiva, Radu, Patric, Lukaku, Strakosha, Marusic, Lombardi, Adamonis, Luiz Felipe.
-Udinese: Forestieri, Jajalo, Arslan, Nestorovski, De Maio, Stryger Larsen, Zeegelaar, Santurro, Teodorczyk.
-Sassuolo: Magnarelli, Peluso, Pegolo, Consigli, Djuricic, Boga, Goldaniga.
-Sampdoria: Quagliarella, Ravaglia, Ekdal, Adrien Silva, Yoshida.
-Genoa: Pandev, Behrami, Marchetti, Sirigu, Massiello, Radovanovic, Destro, Sturaro.
-Spezia: Zoet, Sala, Provedel.
-Torino: Ansaldi, Rincón, Baselli, Belotti, 
-Salernitana: Ribery, Obi, Strandberg, Aya, Juric, Simi, Guerrieri.
-Atalanta: Ilicic, Palomino, Freuler, Sportiello, Mattiello.
-Hellas Verona: Kalinic, Veloso, Ragusa, Bessa.
-Bolonia: Molla, De Silvestri, Medel, Federico Santander, Bardi, Falcinelli.
-Venezia: Sergio Romero, Bocalon, Rigoni, Vacca, Dezi, Bertinatto.
-Empoli: Ujkani, Romagnoli, Furlan, Fiamozzi.
-Cagliari: Cáceres, Farias, Ceppitelli, Lykogiannis, Farago, Grassi, Bellanova, Ceter.


Liga Alemana:
-Bayern Múnich: Ulreich, Tolisso.
-Borussia Dortmund: Witsel, Schmelzer, Zagadou, Raschl, Unbehaun.
-Unión Berlín:  Oczipka, Knoche Ujah, Baumgartl, Busk, Friedich, Promel, Abdullahi, Dehl. 
-Bayer Leverkusen: Gedikli, Lomb, Baumgartliner.
-Wolfsburgo: Pervan, Mehmedi, Ginzcek, Brooks, Stefaniak, William.
-Borussia Monchengladbach: Hermann, Ginter, Bennetts, Beyer.
-Hoffenheim: Pentke, Nordtveit, Kramaric, Bicakcic, Hubner, Vogt, Brenet, Grillitsch, Bischof.
-Friburgo: Petersen, Kubler, Heintz, Haberer, Schlotterbeck.
-Arminia Bielefeld: Klos, Ortega, Brunner, Nilsson, Kunze, Pieper.
-Mainz: Szalai, Brosinski, Stoger, Kohr, Boetius, Ingvartsen.
-Eintracht Frankfurt: Hasebe, Ilsanker, Da Costa, Barkok.
-Herta Berlín: KP Boateng, Pekarik, Stark, Korber, Klinter, Jastrzembski.
-Leipzig: Halstengerb, Tschauner.
-Bochum: Tesle, Blum, Lampropoulos, Weilandt, Losilla, Lovothny, Decarli, Bockhorn, Chitbsah, Pantovic.
-Greuther Furth: Burchet, Nielsen, Green, Fun, Seguin, Tillman, Bauer, Asta, Sarpei, Barry.
-Augsburgo: Hahm, Moravek, Finnbogason, Neiderlechner, Civeja.
-Stuttgart: Didavi, Thommy, Marc Oliver Kempf, Al Ghaddiou.
-Colonia: Czichos, Kainz, Schaub, Schmitz, Horn, Ostrak.

Otros equipos/jugadores sonados:
-PSG: Di María, Mbappe, Simons, 
-AS Mónaco: Fábregas, Mannone, Sidibe.
-O. Lyon: Slimani, Denayer, Cheik.
-Lille: Fonté, Xaka, Pied, Mandava.
-O . Marsella: Kamara, 
-Oporto: Mbemba, Diogo Costa.
-Zenit: ,Dzuyba.
-Benfica: Svilar.
-Ajax Amsterdam: Onana, Mazzraoui
-Sporting Portugal: Ulre
-Boca Juniors: Pavón.




lunes, 5 de julio de 2021

Marcos Paulo, la apuesta rojiblanca

Club Atlético de Madrid

Adelantándose a varios grandes de Europa, el Atlético de Madrid ha cerrado la contratación de Marcos Paulo, atacante del Fluminense nacido en Brasil pero que juega para la selección de Portugal al poseer la doble nacionalidad. Criado en la cantera del Flu, el equipo carioca tenía la convicción de que la venta de su nueva estrella supusiera el traspaso más caro de la historia de la entidad, un honor que hasta ahora posee Gerson, que se marchó a la Roma por algo más de 18 millones de euros. En cambio, el parón por la pandemia, la crisis económica y que el Coronavirus se comió un año de fútbol, y de contrato, metió al futbolista en su última temporada vinculado al club que le vio crecer y los cantos de sirena desde el exterior le han hecho desoír todas las ofertas de renovación y sí tener un frente abierto de posibilidades donde dar el salto. Y el Atleti lo dejó atado en enero. Es por eso que, desde febrero, el futbolista ha estado apartado del equipo y entrenando con el filial, sin tener presencias ni en el final de la pasada temporada ni en el inicio de esta.

Los casi 20 millones que va a dejar de ingresar el equipo brasileño han sido la gota que ha colmado el vaso en las relaciones con el Atlético de Madrid, que no eran del todo ideales después de que los rojiblancos se negaran a volver a ceder a Caio Henrique al equipo carioca, interesado en una futura compra del jugador reconvertido a carrilero, por haber aceptado una oferta del Gremio. Coincide que Marcos Paulo siempre ha tenido a equipos o entidades en disputa, pues a nivel de selecciones ha defendido en categoría Sub18 y Sub19 los colores de Portugal (de donde era su abuelo materno) y no de Brasil, donde ha vivido toda su vida.

Debutó como profesional a los 18 años recién cumplidos en Copa Sudamericana y, prácticamente desde el primer día, ha sido titular indiscutible. En estos dos años como profesional ha jugado 84 partidos, contando Serie A, Carioca, Copa de Brasil y Copa Sudamericana, en los que ha metido 16 goles y ha repartido una quincena de asistencias. El jugador es un generador continuo de ocasiones y situaciones de gol también para otros compañeros.

Marcos Paulo es un atacante aún por definir. Juega mejor escorado a banda izquierda, con libertad absoluta de movimientos por todo el frente de ataque, pero es algo que aún deberá pulir mucho cuando dé el salto a Europa. Su estilo es quizás comparable al de Richarlison en cuanto a las posiciones en las que mejor se desenvuelve y su desempeño en ellas. Su fútbol tiende a ir siempre directo, buscando diagonales y no línea de fondo. De su paso por el Fluminense, también en su sección de fútbol sala en categorías inferiores, ha adoptado una habilidad especial para pisar y esconder el balón muy poco usual y muy poco vista en el fútbol que se juega sobre césped y con zapatillas de tacos. Suele abusar del regate, en ocasiones adornándose demasiado, y de esa superioridad técnica que posee sobre el resto, siendo incluso extravagante y desquiciante para el rival. El brasileño es potente y fuerte en conducción

Su adaptación se puede antojar compleja por varios motivos. El primero, que el salto entre Sudamérica y el primer nivel europeo cada vez es más grande y lo han notado recientemente jugadores muy llamativos en Brasil como Everton, Gabigol, Bruno Guimaraes, Paquetá o el propio Gerson. El segundo, porque aún no tiene una posición absolutamente natural, que debería estar entre la banda izquierda o la delantera, pudiendo ser también acompañante de un ariete más de área. El tercero, porque llega al Atlético de Madrid, un equipo que en las últimas campañas acostumbra a no tener un esquema totalmente definido y donde la exigencia defensiva y el rigor táctico son fundamentales, cualidades de las que aún carece Marcos Paulo. En el actual equipo colchonero, Marcos Paulo podría desenvolverse mejor acompañando a Luis Suárez en punta, una posición para la que la competencia es altísima, con Joao Félix y Correa peleando también por el puesto. Claro que, si Simeone decide volver al 4-4-2 que tantos años ha tenido vigente, lo más lógico sería pensar que el jugador encontrase acomodo en el perfil izquierdo una vez que adquiriera los conocimientos defensivos de la posición, algo en lo que muchos, más contrastados que él, han fracasado en estos últimos años.

Marcos Paulo no ocupa plaza de extracomunitario al tener nacionalidad portuguesa, por lo que ese no será problema tanto si el club rojiblanco decide quedárselo como si opta por cederlo. Lo ideal sería que el futbolista se pudiera ir a préstamo durante el primer curso a un equipo ya de la propia Liga Española, para aclimatarse al país, para acoplarse al ritmo europeo y para tener más minutos en equipos más necesitados de los que pueda disfrutar en el equipo que defiende título. Eso sí, en caso de plantilla corta, en un año condicionado por la crisis económica, no sería de extrañar que el Atlético decidiera quedarse a un jugador en el que hay muchas expectativas y que no ha costado nada, tendrá el sueldo más bajo de la plantilla y por tanto apenas supondrá coste en el Fair Play Finenciero de la Liga. Con todo, interesante ver sus primeros partidos, la idea de Simeone con él y saber si es capaz de trasladar esa superioridad técnica y caer de pie en un fútbol a un ritmo absolutamente distinto al que está acostumbrado. 



lunes, 28 de junio de 2021

Dejan Joveljic, el último de la lista


GEPA pictures/Mario Buehner/Imago Images

Serbia no se cansa de sacar jóvenes proyectos de delanteros impresionantes. Si hace un lustro era Mitrovic, ya máximo goleador histórico de la selección, el que asombraba al panorama Europa y poco después entró en escena Jovic, ahora le ha llegado el turno a Vlahovic que, sin duda, está en boca de todos por su increíble temporada en Florencia. Y lo cierto es que, mirando un poco más allá, un muchacho un año menor que el ariete de la Fiorentina esta temporada ha explotado como el goleador que en su época juvenil parecía ser: Dejan Joveljic.

Fue inteligente el Eintracht de Frankfurt cuando, casi el mismo día que se anunció que Luka Jovic se iba al Real Madrid por un pastizal, dejaba cerrado el fichaje de Dejan Joveljic por apenas cuatro millones de euros. El nuevo niño maravilla de los balcanes había salido también del Estrella Roja, misma cantera que había fogueado al propio Jovic, y parecía seguir sus pasos e incluso mejoraba los registros del hoy jugador madridista. Pero Joveljic no cayó de pie en Alemania, donde la competencia por un puesto en punta era bastante alta al tener que ganarse un lugar entre Bas Dost, Kamada, André Silva y Gonçalo Paciencia en un equipo que iba a jugar competición europea y que tenía las exigencias bastante altas. Así, tras una cesión a mitad de temporada a Bélgica, donde le costó la adaptación, el serbio se ha pasado este curso cedido en Austria, en el Wolfsberger, un lugar donde ha encontrado el ecosistema perfecto para, a sus 21 años, brillar con luz propia. 20 goles y cinco asistencias auparon al club al Top5 del campeonato y al propio delantero le dejaron como el tercer máximo realizador de la Liga. Ahora, con las dudas en la delantera del equipo de Frankfurt, su vuelta a Alemania parece un seguro y, si André Silva decide marcharse, su relevo puede quedar en buenas manos.

Dejan Joveljic nació en Bosnia, y allí se pasó su infancia, jugando en el FK Sloga United, club de Bijeljina, su ciudad de nacimiento. Pero antes de cumplir los 10 años, el Estrella Roja le echó el ojo primero y el lazo después, provocando que el chico tuviera que recorrer casi a diario las dos horas en coche que se tarda en recorrer el camino entre su ciudad natal, en la frontera con Serbia, y Belgrado. En el Estrella Roja quemó todas las etapas, destacando siempre como el mejor jugador de todas las generaciones en las que jugó. Una característica suya llamaba poderosamente la atención. Tenía una facilidad suprema para hacer gol. Y así le llegó también la oportunidad de la selección.

Joveljic ha sido titular indiscutible con todas las categorías inferiores del combinado serbio, pues posee ambas nacionalidades y se decidió por su lugar de adopción en vez de por el de nacimiento. Debutó con la Sub16 y ha jugado con la Sub17, Sub18, Sub19 y Sub21, sumando 23 dianas entre todas sus participaciones. Además, este mismo mes le llegó el debut con la absoluta y, de haber estado Serbia en la Eurocopa, su nombre habría asomado entre la lista de 26 con casi total seguridad.

Con 16 años firmó su primer contrato profesional, pero su debut se hizo esperar porque durante la temporada 2016-2017 contrajo mononucleosis, lo que le dejó apartado durante medio año de los terrenos de juego provocando que su recuperación fuera muy lenta teniendo que volver a bajar a jugar con el juvenil para recuperar tono físico y estado de forma. Fue en la 2017-2018 cuando al fin se convirtió en un habitual del primer equipo, aunque relegado a ser el tercer delantero de la plantilla, haciendo su debut a los 18 años y marcando tres goles en los cuatro partidos que jugó. Su impacto fue buenísimo, pero llegó a final de temporada. Así, un curso después, le llegó la oportunidad de jugar minutos importantes, perdiéndose partidos solo por problemas físicos o por simple fatiga y adaptación de un chico que salta al profesionalismo joven. Hizo 14 goles y dio dos asistencias en los 1.300 minutos que jugó (repartidos en 28 partidos), debutó en Champions League y dejó claro que mucho no iba a durar en el país.

Entonces apareció el Eintracht y el resto es historia. En estos últimos dos años, ya bajo el paraguas del equipo alemán, ha tenido el paso intermedio que supone la adaptación a un campeonato más potente de Europa para dar el salto definitivo a un equipo que el año que viene volverá a jugar Europa League y tendrá altas aspiraciones para luchar por la Champions League.

Joveljic, a diferencia de sus predecesores, no es un delantero tan de área como Vlahovic, Jovic o Mitrovic. Es perfectamente compatible con todos ellos. Sin ser alto (1'82m), maneja muy buen el remate de cabeza. Es imposible comprobar a simple vista si es diestro o zurdo, pues regatea, conduce y dispara con ambas piernas, aunque él se defina como diestro y suele salir del área para combinar en corto. Se mueve de maravilla entre los centrales y entiende muy bien hacia dónde va a ir el balón o cómo va a terminar la jugada, lo que le convierte en un buen rematador de primer golpe y en un oportunista de los buenos. 


Ficha

Nombre: Dejan Joveljic.
Nacionalidad: Serbia (y Bosnia).
Edad: 21 (07/08/1999).
Equipo: Eintracht Frankfurt.
Debut profesional: 18 años y 120 días.
Posición: Delantero.
Pie hábil: derecho.
Altura: 1'82m.
Peso: 75Kg.
Representante: Darko Ristic.
Contrato: 30 de junio de 2024.
Internacional: Sub16 y Sub17, Sub18, Sub19, Sub21 y absoluto

martes, 18 de mayo de 2021

Benjamin Šeško, el sueño esloveno

David Geieregger/Imago Images
David Geieregger/Imago Images


De la inagotable fuente de los deseos de la delantera, el RB Salzburg tiene entre manos otra perla que pulir. No contento con haber echado el ojo antes que nadie a los Haaland, Daka o Koita, el equipo de la multinacional de bebidas energéticas sigue pescando, y lo hace en los lugares más recónditos, ahí donde el fútbol no es legión. Benjamin Šeško, de Eslovenia, es el último gran proyecto que los austriacos tienen entre manos y quién sabe si, de seguir así, no será el próximo gran pelotazo del fútbol mundial. Muy seguro has de estar del talento del muchacho cuando, nada más cumplir los 16 años, pagas casi 3 millones de euros por su fichaje. Fue lo que hizo el RB Salzburg en 2019 por el corpulento delantero, que posee un físico impropio para un chico de su edad, aún en claro desarrollo. 

Es complicado encontrarse con un chico de 17 años que mide 1'94m. Más difícil todavía es que el chico sea futbolista en un país donde el deporte patrio es el baloncesto. Impensable que con esa altura haya elegido el césped y las porterías en vez de el parqué y las canastas. E inusual que tenga la coordinación que tiene. Pero Benjamin Šeško ha roto con todos los estereotipos posibles para asombrar al mundo a base de goles. 

Desde que se le conoce ficha futbolística, a los 12 años, ha ido a año por club. Todos se le han quedado pequeños. NK Radoce, NK Trbovlje, NK Krsko y NK Domzale, todos en Eslovenia, hasta que en 2019 llegó al filial del equipo austriaco para jugar primero en su equipo Sub18, luego Youth Champions League y finalmente en el FC Liefering, el equipo filial del Salzburg que juega en la Segunda División del país y donde realmente ha llamado la atención de todo el fútbol europeo. Los 80 goles (en 45 partidos) que había marcado en los dos años anteriores, entre los 13 y los 15 años, convencieron al RB Salzburg para sacar al jugador de equipos de menor entidad y darle la oportunidad en un gran club del país.

Y la apuesta era arriesgada, porque es más que habitual ver a chicos en edad cadete muy superiores al resto, con registros tremendos, pero que nunca tendrán una oportunidad para jugar a nivel profesional. No parece el caso de Šeško, que no ha tardado en demostrar que el equipo austriaco no estaba equivocado en apostar con él. Y eso que los inicios no fueron sencillos. Todo lo contrario. La adaptación a un país nuevo para un joven que acababa de hacer 16 años. Jugar en un campeonato profesional a esa edad con jugadores que te doblan en edad y en experiencia... En su tercer partido con el Liefering fue expulsado antes del minuto de juego, pero nunca nadie en el seno del club dejó de confiar en él. La pandemia y el parón llegaron en el peor momento para un jugador al que se le veían detalles pero al que le faltaba experiencia incluso para jugar campeonatos tan jóvenes como la Youth League, donde llegó con su club a semifinales ante el Real Madrid.

La presente temporada ha supuesto su eclosión real. Titular ya indiscutible, su buen nivel incluso le ha valido para debutar con el RB Salzburg en Primera División. Apenas fue un partido liguero y salió en el descuento, pero todo suma. Su rush final de temporada es inigualable, pues suma 13 goles en sus últimos seis partidos. Un sprint en el último tramo del curso que ha permitido al Leifering llegar al final con opciones, en segunda posición, empatado con el líder, el Blau Weiss Linz, pero por detrás por un solo gol en el golaverage. El campeonato se decidirá en la última jornada, este domingo, en un duelo directo entre los dos en casa del FC Leifering. Šeško ha logrado 21 goles y cinco asistencias en 28 partidos esta temporada, lo que le aúpa como el segundo máximo goleador del campeonato y, por su edad, en el hombre a seguir.

En la selección tampoco pueden tener queja alguna de él. Precoz es la palabra. Llegó a la Sub15 con 14 años y a la Sub16 y Sub17 con 15. Bajo el uniforme de Eslovenia ha logrado 12 goles en 20 compromisos y, aunque aún tiene por delante la Sub19 y la Sub21, no debería ser una sorpresa que llegara antes que nada la llamada de la absoluta.

Pese a su edad, Šeško tiene un estilo de juego bastante definido. Gracias a su potente carrocería, le gusta ir al choque, donde se siente superior. Busca el contacto con su marcaje y trata de salir victorioso. No es solo un 9 de área, pues le gusta bajar a recibir a zonas más retrasadas e incluso si el balón no le llega tiende a caer a banda derecha para tratar de acumular jugadores atrás y recibir en otras posiciones aprovechando que es bastante bueno saliendo de embrollos con el balón en los pies. Sin entrar en comparaciones, es justo decir que tiene muchas características similares a las de Haaland (menos potencia, pero zancada más larga) y que es el futbolista que el club austriaco firmó cuando la marcha del noruego parecía clara pensando en que en un futuro ocupara su lugar repitiendo exactamente la misma fórmula. Ahora el RB Salzburg tendrá la primera gran prueba con su nuevo niño maravilla: su renovación. Termina contrato en junio de 2022, por lo que a 12 meses del fin de la vinculación, seguro que no le faltan los cantos de sirena de aquellos que quieran aprovechar la oportunidad ahora y no pagar cifras millonarias en el futuro no muy lejano. Benjamin Šeško es, sin duda, un jugador a seguir de cerca. 

Ficha

Nombre: Benjamin Šeško.
Nacionalidad: Eslovenia.
Edad: 17 (31/05/2003).
Equipo: RB Salzburg/FC Leifering.
Debut profesional: 16 años y 55 días.
Posición: Delantero.
Pie hábil: derecho.
Altura: 1'94m.
Peso: 77Kg.
Representante: Desconocido.
Contrato: 30 de junio de 2022.
Internacional: Sub15, Sub16 y Sub17.