lunes, 14 de septiembre de 2015

Riyad Mahrez, la sensación de la Premier

Riyad Mahrez, con el Leicester / GETTY IMAGES

Sorpresa es comprobar la web oficial de la Premier League y encontrarte con que el puesto de máximo goleador lo copa, en la jornada 5, un tal Riyad Mahrez, que también asoma la cabeza en la lista de mejores asistentes y lidera en solitario la de más regates con éxito. Sus cifras, a saber, son cuatro tantos, dos asistencias y 22 regates en cinco duelos. Pero, ¿Quién es este tipo y de dónde ha salido?

Desconocido para la mayoría, Riyad Mahrez (21 de febrero de 1991, Francia) se ha hecho un hombre esta semana con una auténtica exhibición que ha servido de cabecera en todas las tertulias futboleras cuando, pese a ir cayendo su equipo por 0-2 ante el Aston Villa, supo dar la vuelta al marcador en la recta final, con un protagonismo suyo desmedido. Mahrez es un jugador francés de ascendencia argelina que llegó al Leicester City inglés en enero de 2014, cuando el equipo mantenía la primera posición de la Championship que le aseguraba un puesto la campaña siguiente en Premier League. Entonces disputó minutos en todos los encuentros, ya fuera por la derecha o por la izquierda, aunque bien es cierto que le costó hacerse con la titularidad.

Una campaña después, la pasada, ya en la máxima categoría, este franco-argelino se dio a conocer en el primer nivel con una regularidad guadianesca en la que alternó destellos de calidad con perfectas representaciones del escondite al que juegan los niños. Convirtió cuatro goles y tres asistencias en la treintena de partidos que jugó, una cifra que ya casi ha alcanzado en los cinco duelos que lleva en el presente curso.

Su zurda es prodigiosa. En el fútbol hay una ley no escrita que dice que los jugadores diestros pueden ser muy buenos, pero incomparables con uno que maneje la izquierda a las mil maravillas. Y en este caso, aunque es pronto, puede ser cierto. Se trata de un jugador de fútbol sala encerrado en campo de mayores dimensiones, subido a unas botas con tacos sobre un césped que él convierte en el mejor parqué. Pisa la pelota como en su día lo hacía el gran Paulo Roberto como si sus suelas no tuvieran esos tacos tan molestos para según qué acciones. Es exagerado en el regate, extravagante, marca muy bien el sitio para el que no va a ir con un recorte eléctrico que deja al rival clavado en el sitio en el mejor de los casos, sentado si no. Esconde la pelota para volverla a enseñar por el otro lado cuando el rival ya está cansado de jugar al gato y al ratón. Su recorte por detrás es tan inusual como efectivo y la culebra que tiene por cintura hace temblar los cimientos de la defensa más armónica. Bicicleta por un lado, amago para el otro, recorte hacia el primero y pase o definición. Capaz de dejar por los suelos a su par con un simple movimiento en el cuerpo sin necesidad de tocar el balón.

Mahrez abusa del regate, porque lo tiene, y como todos lo extremo a veces eso es malo, le hace perder oportunidades. Le encanta partir desde banda derecha para jugar a pierna cambiada y hacer sufrir a sus rivales. El Leicester lo firmó por la ridícula cantidad de 500.000 euros del Le Havre de la segunda división francesa y el pago está más que amortizado. El Arsenal ha preguntado por él, pero la negativa de Ranieri, su nuevo técnico, ha sido rotunda. También sonó su nombre para sustituir a Pedro en el Barcelona, pero la imposibilidad del club español por inscribir jugadores dejó la operación en un simple rumor. No es casualidad que el Leicester acapare todas las portadas de Inglaterra, que sea segundo en la Premier League y hasta la fecha ocupe el lugar de equipo más goleador del campeonato. Tienen entre sus manos un jugador que es un clon de Hatem Ben Arfa. Tanto en estilo de juego y posición. Incluso hasta en el físico, sin olvidar que ambos son franceses con orígenes africanos. Cabe saber si tendrá la cabeza amueblada o será un nuevo juguete rojo como lo fue el del Newcastle.

Representa a la selección de Argelia, con la que disputó el pasado Mundial de Brasil, donde el equipo africano puso en serios apuros en los octavos de final a la Alemania que a la postre levantó el título. Suenan tambores de guerra cada vez que coge el balón en la mitad del campo si está inspirado y el clamor de la grada se hace notar tanto si juega de visitante como si lo hace de local, aunque no con el mismo significado. Mahrez ha despertado ¿Cuánto durará su sueño?


        

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