miércoles, 27 de marzo de 2013

El hombre que cambió la historia del Barça

Corría el final de año de 2003. El invierno era frío y en Barcelona todos estaban un poco más helados de lo normal. El FC Barcelona estaba séptimo en liga, a 15 puntos del Real Madrid y 16 del Valencia y sin opciones a nada. En Europa, la UEFA era el único objetivo más o menos viable al estar clasificados para tercera ronda donde se medirían al débil Brondby y en Copa del Rey el club iba a ser eliminado sólo unos días después de que empezara el 2004 por el Zaragoza, a la postre campeón.

El equipo entrenado por Rijkaard y liderado por Ronaldinho había decaído tras su inicio de campaña esperanzador. Sólo un año antes, los azulgrana había terminado sextos en liga gracias a una derrota del Athletic Club de Bilbao en la última jornada.

Pero en los despachos se estaba cociendo un futuro sin siquiera saberlo. La todopoderosa Juventus de Turín, que acababa de perder la Champions en penaltis, veía como se rompían las relaciones entre su entrenador, Marcello Lippi, y uno de sus mejores jugadores, Edgar Davids, que había sido pilar fundamental en los dos campeonatos ligueros consecutivos de la Vecchia Signora.

Davids y Laporta
Las dos derrotas seguidas ante Levante y Racing de Santander enfadaron a la afición, que veía además cómo llegaba un jugador para engrosar el clan de los holandeses que para nada estaba funcionando. Con fama de rebelde por no querer renovar con la Juventus y cuya ficha se acercaba a los 2 millones de euros por sólo 6 meses -4 millones en caso de que el jugador continuara la siguiente temporada en el club catalán- el Barcelona se había hecho con los servicios de Edgar Davids..

Si bien Davids había demostrado todo su potencial durante años en 3 de los mejores equipos de la historia como eran el Ajax de Amsterdam, el Ac Milán y la Juventus, su lado oscuro era algo que preocupaba. Se trataba de la estrella de la época de la firma deportiva Nike, de un jugador que había sido suspendido en 2001 durante 5 meses sin competir por dar positivo en un control antidopaje y del que no se sabía cómo sería su adaptación de un fútbol tan físico y duro como el italiano al español, más técnico y pausado.

En 1999, con sólo 26 años, tuvo un problema en el nervio óptico. Sufría glaucoma, una enfermedad que podía hacerle perder la visión total, algo que él ya tenía afectado. En la flor de su juventud, el holandés -aunque nacido en Surinam- vio su carrera peligrar.  Se tuvo que aplicar un colirio especial que daba positivo en los test antidoping, pero no resultó, por lo que era necesario que el medio centro pasase por quirófano. Desde entonces empezó a llevar unas gafas protectoras, que se convirtieron en su seña de indentidad.

Desde que firmó por el club catalán se hizo con un puesto en el medio del campo. Rijkaard no tenía dudas y el hueco que desde entonces se repartían Motta y Gerard fue a parar al nuevo "3" azulgrana: El Pitbull. Al lado de un imberbe Xavi y de un Cocu que daba sus últimas tardes de gloria en Barcelona, Edgar se erigió como un líder en la parcela ancha, con total libertad de movimientos y capaz de llevar la transición del equipo desde abajo hacia arriba. Box to box. Además, su función principal, la de cortar juego rival, la solventó sin problemas asombrando a toda la liga con su potencia, físico y capacidad de corte descomunal.

Davids y Salgado
No exento de calidad con la pelota, rápido supo asociarse con Ronaldinho y Xavi para llevar al Barcelona a ser segundo a final de liga, recortando la distancia con el Real Madrid hasta pasarle en la tabla y quedando sólo por detrás del Valencia. El equipo catalán, que había anotado 26 goles y encajado 25 hasta su llegada, hizo una segunda vuelta mucho mejor con 37 marcados y 14 recibidos. Él, sólo hizo un gol. Fue el 5-0 contra el Albacete y lo celebró como si se tratase de un título. Entre la afición ya no quedaban dudas con el holandés. Sólo una: ¿Se iba a quedar?

Pese a la insistencia de Laporta, el gusto de Rijkaard por el jugador y las réplicas de la grada, Davids había acordado antes de su llegada a Barcelona un fichaje por el Inter de Milán en verano. Había jugado 6 meses para ayudar a un club que sabía que no iba a ser el suyo. 

El entrenador holandés había dado con la tecla. La temporada siguiente Rafa Márquez iba a jugar de pivote y tras años tambaleándose por zonas bajas de la tabla, el Barcelona se hizo con la Liga y la Champions, dando origen al equipo supercampeón de Rijkaard que luego mejoró Guardiola y que hoy conocemos bajo el mando de Tito Vilanova. Un equipo que posiblemente no conociéramos hoy en día si en aquel invierno de 2003, Rijkaard no le hubiera suplicado a Laporta el fichaje de un tipo con gafas que se partía el pecho en todo el campo por la camiseta que defendía.


"El Barcelona no es un equipo normal, es un equipo lleno de dioses mitológicos. Están en otro nivel por encima de todos los otros equipos", señaló el holandés la temporada pasada.

Hoy, con 40 años, y con 3 ligas de Holanda, 3 ligas Italianas, 1 Champions, 1 Copa de la UEFA entre otros  muchos trofeos en su palmarés, Edgar Davids sigue siendo jugador-entrenador en el Barnet FC, de la 4ª división inglesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario