domingo, 9 de agosto de 2015

La última gran oportunidad de Sergio Romero

Supe que iba a triunfar desde la primera vez que lo vi, allá en el verano de 2007. Fue en el famoso Mundial Sub 20 de Canadá que encumbró a un imberbe Sergio Agüero y donde una generación de argentinos que parecía que iba a comerse el mundo, entre los que estaban Emiliano Insúa, Garay, Fazio, Ever Banega o Mauro Zárate, se proclamó campeona con holgura. También sobresalió el papel de Maxi Morález, hoy en Atalanta y a quien un paso por las ligas de los petrodólares cortó la progresión y sobre todo Matías Sánchez, un todoterreno para todo que probó suerte en el filial del Atlético pero que por unas cosas o por otras no terminó de dar el gran salto. En aquella portería estaba Sergio Romero, un chico de 20 años y 1'92 m, cuya envergadura ocupaba todo el alto de la portería sin siquiera tener que brincar, que ya había debutado en Primera Argentina con Racing y que iba a hacer un torneo espléndido. Tenía, además, el referente de Óscar Ustari, la gran esperanza albiceleste que acababa de aterrizar bien joven en España, consagrado como uno de los mejores porteros del continente americano, y a quien las lesiones acabaron por destrozar mental y futbolísticamente.

Lo que más llamó la atención de Romero, a quien apodaban 'Chiquito' con gran carga de ironía desde la adolescencia, fue sin duda su saque, tanto con la mano como con el pie. Capaz de llegar a media cancha con su guante derecho y de poner la pelota casi en área rival con el pie antes del primer bote. Con esa edad, con tanto por mejorar, se antojaba fácil pensar que podía tener ahí un arma asistente si se trabajaba en esa faceta. Tras el gran torneo que hizo, donde sólo encajó dos tantos, el AZ Alkmaar holandés se hizo con sus servicios por cerca de 2 millones de euros. En Holanda, donde empezó como suplente para acabar robándole la titularidad a su homólogo Waterman, se hizo un nombre y un nombre. Sus actuaciones le valieron para ir con Argentina a los JJOO de 2008 en Pekín, donde con él bajo los palos tras la rotura de ligamentos de Ustari, la albiceleste se colgó el Oro. 

Romero, durante el Mundial 2010 / MEXSPORTS
Debutó con la absoluta sólo unos meses después, con 22 años y ya de ahí no le ha movido nadie. Su buen hacer en la Eredivisie, donde se llevó el título en la 2008-2009 con Louis van Gaal como técnico, le hizo permanecer siempre bajo los palos de Argentina. Fue uno de los señalados en la nefasta etapa de Diego Maradona como técnico y ya nunca se ha quitado ese cartel de portero mediocre para el pueblo, algo que no le hace justicia.

Su altura, su zancada, su potencia de salto, su buen juego de pies, sus reflejos, su rapidez en la toma de decisiones, ese punto de locura (el mismo que le llevó a, en 2009, golpear con todas sus fuerzas con el puño un palo de su portería tras caer eliminado en Copa y quedarse 5 jornadas fuera de los terrenos por lesión), todo un mix que hacen de él uno de los mejores porteros del mundo, como bien fue nombrado el pasado año (sexto concretamente), pero que no tiene reconocimiento en la afición, sobre todo la argentina. Y es que ese Mundial de 2010, donde Tévez, Messi, Mascherano y compañía parecían tener una edad propicia para levantar el Mundial, hizo mucho daño en Romero y en cómo se le ha mirado, con lupa, desde entonces. El hecho de que es un portero con mala fama y de que una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad (como la de que es un portero mediocre) se comprueba por el hecho de que se le tilda como 'eterno suplente', cuando en 10 años de carrera profesional sólo un curso (en Mónaco) lo fue. 

Tampoco ayudó el propio Romero en apagar esa mala fama, pues con ofertas de todo tipo, decidió incomprensiblemente abandonar Holanda para irse a jugar a la Sampdoria, recién descendida a la Segunda División. Rápido subieron y con él bajo los palos, la Samp cuajó dos grandes temporadas. Otra vez se había vuelto a colocar en el panorama mundial cuando de nuevo una decisión extraña volvió a acrecentar su leyenda de mediocre. El Mónaco, nuevo rico de Europa, pidió su cesión dejando un buen dinero en las arcas italianas y el argentino se pasó toda la temporada sentado en el banquillo del Principado, tras la estela de Subasic. El año en blanco sentó fatal en una Argentina que pidió desesperadamente que Romero no defendiera la portería albiceleste en el Mundial de Brasil y en su lugar jugara un Willy Caballero que al final ni siquiera fue convocado.

Romero, incansable en su acto de dar títulos a la selección, de callar a los que le critican, cuajó un Mundial soberbio. Mandó a Holanda a casa con una tanda de penaltis (los once metros, uno de sus fuertes) a casa el día en que Mascherano le convencía que se iba a convertir en héroe minutos antes de hacerlo. Y como todo va por modas, Argentina se subió al carro del Romerismo, al mismo que se subió una Rihanna que incluso llegó a pedirle permiso a la mujer del argentino para tener una cita con él. 
En el encuentro ante Holanda del Mundial 2014 / REUTERS

Tras una temporada irregular en la Sampdoria, Romero vuelve a ser hoy protagonista. A su condición de jugador libre se apuntaron Roma, Real Madrid, Atlético de Madrid y Manchester United, que intentaron hacerse con sus servicios. Se decantó por el Manchester United, mostrando que no teme al peligro de luchar por un puesto en una portería en la que ya están, de momento, Víctor Valdés y David de Gea. Sea de la forma que sea, el argentino fue titular en el primer encuentro de liga con los Red Devils sacando más de una sonrisa en los aficionados del United, dejando incrédulos a aquellos que le criticaron sin fundamento por el simple runrún popular con un gran partido en el que mostró reflejos y más reflejos haciendo hasta tres paradas de mérito que valieron para conseguir los tres primeros puntos, nada distinto a lo que ha hecho también en sus primeros entrenamientos en Inglaterra en un vídeo que ha dado la vuelta al mundo.

A sus 28 años, la más que posible marcha de De Gea le abre un frente para, al fin, en uno de los mejores equipos del mundo y bajo el mando de Van Gaal, su máximo valedor, demostrar que es uno de los mejores porteros del planeta. Hoy, Argentina, esa que pedía al portero suplente del Manchester City como titular en su selección, se rinde al chico que de momento es el titular en el Manchester United. Y todo ello porque ahora sí, el mundo ha visto jugar a Sergio Romero.

Romero salva un gol en su debut con el Manchester United / REUTERS


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