domingo, 5 de julio de 2015

Rossi, la batalla imposible de Márquez

Siempre fue todo muy bonito hasta que dejó de serlo. Hasta que un Rossi cercano a los cuarenta sacó su espíritu adolescente tras muchos años de amargura para enseñarle a quien quiere su corona que aún tiene mucha cuerda. La lucha de los dos mayores egos de la parrilla tenía que llegar un día u otro, una batalla nueva para Marc Márquez, que hasta entonces se ha topado con los, por momentos, frágiles Bradl, Espargaró, Pedrosa o Lorenzo. Un mundo nuevo es Valentino Rossi para el catalán.

Rossi gana ante Biaggi / MOTOGP
Y es que Rossi, curtido en mil y una batallas, es un maestro de destrozar las carreras deportivas de los rivales que osan ponerse a su altura. Lo hizo con un Max Biaggi que acabó desesperado golpeando a su Honda HRC, la mejor moto de la era, y fue desterrado a SBK tras un año sabático. Quizás fue el romano, seis veces campeón del mundo, el piloto con más talento de la historia, o al menos uno de ellos. Capaz de subirse por primera vez a una moto con 18 años y competir a los pocos meses en el Mundial como si llevara haciéndolo desde los 3, como acostumbran todos sus rivales de la parrilla. 

Rossi, más de 100 victorias, 9 campeonatos y una cantidad de podios que la mayoría sólo logran soñar con alcanzar, no sólo busca la victoria, sino que destroza a quien pone el listón a su misma altura. Es una apisonadora que tritura el ego de sus rivales, sus aspiraciones deportivas y hasta su vida personal. Rossi, aquel que tenía en su juventud pósters de Biaggi pegados en su pared y acabó a puñetazo limpio con él en Montmeló 2001 poco antes de subir al podio.

Stoner-Rossi / MOTOGP
También sufrió entonces Sete Gibernau las artes, buenas o malas, del número 46. Un Valentino superior en casi cada carrera que se dejaba adelantar por el español para, en las últimas curvas, dejarle con la miel en los labios. Para dejarle claro que era un quiero y no puedo a gran escala. No lo hizo ni una ni dos veces. 

Ahora la guerra es con Marc. Todo alabanzas cuando su rivalidad en la pista no era un objetivo real, la relación entre los dos ha cambiado. Márquez le ha dejado de ver como un ídolo o un ejemplo ahora que se ha convertido en su máximo rival. Si bien no por el campeonato, cosa que parece se decidirá en el box de Yamaha, sí por ver quién manda en la parrilla, quién tiene el ego más grande. Muchos han sido los que han intentado empezar la misma batalla con Valentino. Muy pocos los que de verdad podían siquiera igualarse con él. Y sólo uno, hasta la fecha, el que ha sido capaz de doblegar al 46: Casey Stoner.

El canguro más rápido del mundo, el 27, el único piloto capaz de domesticar una Ducati, la misma con la que fracasó Valentino. Dos títulos en 6 años y no más porque una intolerancia a la lactosa no se lo permitió. Casey fue el único que se dedicó a trabajar, fue a los problemas, los analizó y los solventó para machacar al de Yamaha. No entró en la batalla del 'y tú más' en la que sí está entrando Marc, la misma con la que tropezaron los Biaggi, Sete o Lorenzo en su día. El 93 no es consecuente con sus declaraciones, no mira al pasado y no se fija en el presente, sólo trata de vencer la batalla de quién la tiene más larga. Comete los errores de quienes ya fracasaron. Es su tercer año en la categoría y la primera vez que se mide a alguien con su misma ansia. Con la diferencia de que ese alguien tiene nombre y apellido: Valentino Rossi, quizás el inventor de lo que hoy trata de hacer Marc. 

Rossi y Márquez, 2015 / MOTOGP

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