Hay jugadores que nunca llegan a dar el salto esperado porque en el momento idóneo, todo se tuerce. Una lesión que deja unas secuelas enormes y se corta la progresión de algunos de los mejores talentos del panorama juvenil. No ha sido ese el caso de Amine Gouiri, que en la búsqueda de la gloria personal, eso sí, tuvo que hacer las maletas y abandonar su Lyon natal para labrarse una carrera profesional.
Porque de entre todas las cosas inexplicables que tiene el fútbol moderno, una que llama poderosamente la atención es precisamente cómo el Olympique de Lyon apenas le dio oportunidades al que ha sido uno de los mejores talentos de su academia de siempre. La prolífica cantera lionesa ha sacado a relucir en los últimos tiempos a jugadores como Tolisso, Martial, Benzema, Bern Arfa, Fekir, Umtiti o Lacazette. Hoy, Cerki y Aouar son los máximos exponentes de ella. De todos ellos, prácticamente ninguno tuvo en edad juvenil un impacto tan elevado como el que dejó Gouiri en su época en las categorías inferiores. En cambio, todos los antes citados tuvieron más oportunidades en el primer equipo que el hoy delantero del Niza.
Y es que, el jugador que había sido Máximo Goleador de la Eurocopa Sub17 de 2017 y uno de los máximos anotadores en la historia de Francia Juvenil (ha metido 45 goles en 52 partidos desde la Sub16 hasta la Sub21) se rompió la rodilla en el momento en el que tenía que dar el salto. Era el verano de 2018. El Lyon se había quedado sin Mariano como delantero y ponía toda su fe en Gouiri, un chico de apenas 18 años, que ya había jugado una decena de partidos como profesional con el primer equipo pese a ser menor de edad, y que era la mayor perla del fútbol galo. Pero todo se torció cuando en agosto Gouiri se rompió el ligamento cruzado de su rodilla y no volvió a jugar en toda la temporada. El último día de mercado, el Lyon firmó a Mousa Dembélé y al canterano se le pasó la oportunidad. Porque para cuando se recuperó, ocho meses más tarde, su sitio estaba ocupado por un delantero que había costado más de 20 millones de euros.
A Gouiri se le cerraron todas las puertas. En la 2019-2020 estuvo siempre relegado al segundo equipo. La llegada de Ekambi le terminó por desterrar a un rol más que secundario, pues apenas disputó cinco partidos con el primer equipo, un total de 109 minutos que se antojaba corto. Había pasado más de un año y medio sin tener minutos con el primer equipo y cuando los tuvo fueron siempre residuales. El poco tiempo del que dispuso auguraba algo normal para estas categorías. Simplemente, Gouiri se había quedado estancado. Quizás no era lo suficientemente bueno como para destacar en el fútbol profesional, o quizás simplemente la lesión le había cortado la progresión y no era el mismo jugador que se recordaba antes. Pero esa segunda afirmación no tenía sentido alguno. Desde la lesión, había jugado 14 partidos con el filial, en los que había metido 10 goles, además de tres tantos en cuatro partidos de Uefa Youth League. ¿Por qué nadie le daba la oportunidad?
A río revuelto, el mejor pescador fue el Niza. Porque ante la negativa del Lyon de dar la alternativa a su canterano (a Ekambi, Depay y Dembélé se sumaba ahora Kadewere en la competencia, además de Cornet), el Niza ofreció a Gouiri la oportunidad de ser importante en la máxima categoría. El traspaso se cerró por siete millones de euros, una cifra baratísima si se tiene en cuenta el rendimiento que está dando un jugador al que, simplemente, nunca le dieron oportunidades.
Desde la delantera o arrancando desde la izquierda, en un parecido razonable con aquel David Villa de los años del Barcelona y la plenitud de la selección española, a Gouiri se le están cayendo los goles de los bolsillos y está siendo un generador continuo de peligro, ocasiones y espacios. El Niza ha hecho con él uno de los fichajes más acertados del verano, posiblemente el más rentable de su historia, y ahora se frotan las manos sabedores de que el día que Gouiri salga del equipo tendrán un botín considerable.
En esta su primera temporada como profesional, Gouiri suma 12 goles y cinco asistencias en 30 partidos. Unas cifras a tener muy en cuenta para un jugador que el pasado martes cumplió 21 años que alterna entre la delantera, donde acompaña a un jugador más de área como Dolberg, y la banda izquierda. Gouiri caracolea por todo el frente de ataque, ataca muy bien el espacio cuando un compañero fija al rival y posee un muy buen juego de pies que le permite, además de asociarse, buscar también el disparo de media distancia. Es él uno de los atractivos de esta Ligue One, así como como lo ha sido de la Europa League, donde metió cuatro goles en sus primeros cuatro partidos, pero que no han servido al equipo galo para pasar de ronda. Sin duda, lo mejor, es que nunca se ha resentido de aquella lesión de rodilla. No ha recaído ni ha dudado. Nunca necesitó readaptación. Y ahora, el Lyon puede estar tirándose de los pelos por haber dejado escapar a uno de sus mejores talentos de siempre. Argelia, además, de donde posee nacionalidad, está ya al acecho de un jugador que lo ha sido todo en selecciones inferiores pero que nunca ha jugado con la absoluta.
Ficha
Nombre: Amine Gouiri.
Nacionalidad: Francesa/Argelina.
Edad: 21 (16/02/2000).
Equipo: OGC Nice.
Debut profesional: 17 años y 183 días.
Posición: Segundo delantero/Extremo izquierdo.
Pie hábil: Derecho.
Altura: 1'80m.
Peso: 72kg.
Representante: Alain Miggliacio.
Contrato: 30 de junio de 2024.
Internacional: Sub16, Sub17, Sub18, Sub19, Sub20, Sub21.
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