Ya es tarde para hablar de él, porque
todo el mundo le conoce. No puedes pretender no saltar al estrellato cuando, con
19 años, en tu debut en
Champions League, marcas a los dos minutos de juego y en la primera parte acabas con un hat trick. Si había alguno que no conocía al noruego, es simplemente por no haber estado ojo avizor en los últimos tiempos, pues
Erling Braut Håland marcó nueve tantos en un mismo partido en mayo.
Fue en el Mundial Sub20, el rival,
Honduras, no el mayor de los escollos, pero quizás no con demasiada diferencia con una
Noruega que llegaba a ese partido en fase de grupos totalmente eliminada. Ahí, este tanque noruego, de solo 18 años entonces, sacó sus mejores galas. Hizo goles de todos los colores y se llevó un reconocimiento público que dejó con un
sabor agridulce a los scouters de todo el mundo. Por un lado, dolidos porque este niño maravilla ya había llamado a todas las puertas. Por otro, reconfortados en esa idea que ya tenían los pocos que habían ido a verle en directo:
el chico no tiene techo.
El asiduo a los videojuegos de la franquicia
Football Manager a buen seguro que lo conoce. El ariete noruego es, desde hace varias ediciones, uno de los caramelitos a fichar cuando uno empieza una partida y, si tardas más de un mercado en intentarlo seguro que cuando vayas a intentarlo algún grande se te ha adelantado. En la vida real, uno de esos equipos que lleva siguiéndole desde que tenía 16 años fue el
Manchester United. Y es que a su olfato goleador, a Håland siempre le ha acompañado
una potente carrocería que le permitió debutar a los 15 años en la Segunda División de Noruega con jugadores que le doblaban (y más) en edad y solo un año más tarde
ya estaba siendo parte del Molde, el gigante del país.
Y hablamos de Håland como noruego porque eso es lo que pone en su pasaporte, pues
el delantero nació en Leeds y no por una coincidencia sino por que
su padre fue futbolista profesional. Los más añejos lo recordarán y alguno no tanto habrá oído hablar de él. Puede que no se le ponga cara, nombre y apellido, pero seguro que todo el mundo ha visto alguna vez
el vídeo más famoso de Papa Håland.
Fue en
un derbi de Mánchester entre el United y el City cuando, con poco en juego y sin venir a cuento,
Roy Keane realizó la peor entrada de la historia del fútbol. ¿El castigado?:
Alf-Inge Håland.
"Fui a lesionarle a propósito y no me arrepiento", reconoció el entonces jugador del United, que se quería tomar una pequeña gran venganza por
un episodio que tuvieron años atrás cuando el centrocampista noruego provocó con una acción la caída del irlandés, que s
e lesionó de manera fortuita, al que le acusó de fingir una falta inexistente.
Y Roy Keane lo consiguió.
Aquel fue el fin de la carrera del noruego, que intentó calzarse las botas un par de veces más con un éxito más que cuestionable. Alf-Inge Håland llegó al Manchester City en el año 2000, justo cuando nació Erling Braut. Pero para cuando éste vio la luz,
Papá Håland aún jugaba en el Leeds, por lo que fue allí donde la hoy esperanza noruega nació.
Puede que por eso se considere a sí mismo como
un ferviente seguidor del Leeds United, aunque lo más seguro es que haya sido su padre, que allí vivió sus mejores años como futbolista, quien le haya transmitido ese
amor por un equipo que hoy vive en la Championship inglesa.
Y quizás por las referencias paternas, a Håland hijo le haya costado alguna vez oír los
cantos de sirena que le han llegado de Old Trafford. Cuando jugaba en el
Molde, su entrenador y aquel que le dio toda la confianza
fue Ole Gunnar Solskjær, que hoy es entrenador del Manchester United. Por eso, el círculo podría cerrarse de manera perfecta con el noruego reuniéndose con su compatriota y su máximo valedor, aunque seguro que tanto la afición
red devil como la propia familia Håland es una opción que hoy ve lejana y a la que es reacia.
Håland está ahora bajo el paraguas de RedBull, jugando en el
RB Salzburg que no es más que un salto trampolín a la
Bundesliga en caso de merecerlo. Vamos, que si al
Leipzig un día le apetece contar con el noruego, muchos millones va a tener que poner un equipo ajeno para llevárselo.
Håland es un
delantero alto, fuerte y corpulento, cuya mejor virtud es el simple
olfato goleador, que no es poco. No es rápido, pero sí aprovecha muy bien su
amplia y potente zancada para correr siempre encorvado y sin levantar mucho la cabeza. Tampoco es el más habilidoso con el balón en los pies, pero es muy
rápido en la toma de decisiones y sabe moverse y combinar con bastante soltura. Uno de sus mejores puntos es el
juego aéreo, aprovechando su poderoso físico que le sirve también para
cuerpear y salir victorioso de los choques y los balones divididos, su buen
timming a la hora de saltar y su técnica depurada de remate le hacen ser un peligro en el balón parado.
El arranque de esta temporada no puede estar siendo mejor para él, pues
ha marcado 17 goles y ha repartido 5 asistencias en apenas 9 duelos. Es decir, que ha proporcionado 22 goles en 9 partidos. Sale a más de dos por encuentro. Una media terrible, siempre engordada un poco por el nivel de la Liga Austriaca, pero unas cifras que no son fáciles de ver sea cual sea el escalón futbolístico.
Su debut con la absoluta no se ha hecho esperar y su
puesta de largo en Champions, con un hattrick, le ha destapado como el nuevo objetivo de todos los clubes. No pasará demasiado tiempo hasta que veamos los
scouts convertidos en rumores. Y no serán pocos.
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KRUGFOTO/AFP/Getty Images |