Sadick Adams y David de Gea, en el Atlético B (2008) |
Quizás, la ausencia de Bojan en la final por sanción, líder absoluto del equipo y entonces niño bonito de la Selección y del Barcelona, privó al equipo de colgarse el oro. Pero en el torneo despuntó una figura que no dejó a nadie indiferente. Sadick Adams, delantero centro de Ghana, hizo que los mejores clubes del mundo anotaran su nombre en sus agendas. Adams no fue el mejor jugador de Ghana, ni siquiera el máximo goleador, pero su entrega, su lucha, su pundonor y su regularidad durante los 90 minutos le hicieron ser uno de los focos de la cita. Su selección perdió en semifinales, precisamente ante España y el Atlético de Madrid, que tenía a De Gea, Atienza y Camacho entre los chicos de Santisteban, se enamoró del africano.
World Soccer, 50 adolescentes más prometedores (2007) |
Días después de su fichaje por el Atlético, la prestigiosa revista World Soccer publicó su relación anual de 50 mejores jugadores del mundo Sub18. En ella, Sadick Adams figuraba en cabeza, por delante de Ismail Aissati y Alex Pato, que compartían el podio con el africano y se imponían a jugadores que han terminado con mejor recorrido que ellos. A saber: Bale (6), Agüero (7), Di María (11), Benzema (15), Kroos (27), Mata (28), Özil (37), Alexis Sánchez (42), Rakitic (45) o Walcott (48).
En la nómina, además, aparecen los mexicanos Vela y Gio Dos Santos, el indescriptible Coentrao, la chapuza que acabó siendo Anderson, el petardazo de Lulinha, el propio Bojan o Breno, que acabó en la cárcel por incendiar su casa cuando le había fichado el Bayern Múnich.
Adams y Forlán, tras un entreno (2009) |
Pero todo se torció ese verano de 2009 cuando Sadick Adams y el Atlético de Madrid recibieron una denuncia de la FIFA. El Atlético había firmado a Adams sin ser jugador libre. Y es que, lo que había sucedido, es que antes de partir al Mundial Sub17 en 2007, Adams había firmado un acuerdo con el Etoile du Sanel egipcio. Un contrato que no tenía validez al ser menor de edad y que debía ser revisado y corroborado por sus padres o por un agente con un poder cedido.
Y mientras Adams jugaba el Mundial, el equipo egipcio se las ingenió para que el padre llegara al país y diera el visto bueno a la operación. Sin saber absolutamente nada, el jugador firmó con el Atlético un preacuerdo durante el Mundial y todo estalló. "Me dijeron que mi contrato con el Etóile no valía sin la autorización de mi padre... Y yo no sabía que mi padre había ido allí durante el Mundial".
La FIFA estimó que Adams tenía que pagar una multa de 160.000 euros y que no podría jugar en los siguientes cuatro meses. Y se acabó. Se quedó sin ficha en el filial, que a su vez vio cómo aparecían las figuras de Germán Pacheco, Borja Bastón, Ibrahima Baldé y Jorge Molino. En invierno se marchó a la Vojvodina, equipo puntero de Serbia, donde no corrió mucha suerte. Los meses sin competir le habían pasado factura en lo anímico y eso se había trasladado a lo deportivo.
Adams, en la actualidad |
Él recuerda que jamás se imaginó por qué lideró aquella lista de jugadores maravilla. No cree que no lo mereciera, pero sabía que había mucho talento ahí. Aún sigue respirando amor por el fútbol, pero no puede olvidar que hubo una época en la que era el jugador más esperanzador del mundo y que por un periodo de tiempo, compartió césped con Forlán y Agüero, quienes le aconsejaron, le enseñaron y con quienes soñó jugar de rojiblanco.
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