Así, sin anestesia ni nada, Guardiola vio como por momentos sectores de aficionados del Allianz Arena le abuchearon y pitaron en varias partes del partido que su equipo ganó por 2-0 el sábado ante el Nuremberg. Anestesia debió ser lo que necesitaron los aficionados ante tan bochornoso partido en el que un eslalon mágico de Robben y una jugada aislada de Ribery -¡Que marcó de cabeza!- salvaron a los locales de perder el liderato. Algo que dejarán en manos del Borussia Dortmund si consigue vencer en la próxima jornada, pues en el día de ayer, el Friburgo sacó un empate de la visita de los de Pep en el partido adelantado por la final de la Supercopa de Europa. Y es que en las gradas no gusta que un equipo plagado de jugadores físicos, de máquinas de correr y generar ocasiones ya sea por la banda o por el medio, se contente más con la posesión que con las oportunidades. Más aún viniendo de ganar los 3 títulos con ese estilo. Es como si te ponen a los mandos de un Ferrari en la Fórmula 1 pero decides no pasar de 120Km/h porque siempre has acostumbrado a ir así. Ni imaginar quiero como le dé al Chelsea por ganar la Supercopa, qué pasaría en el Allianz en unos días.
Allá por tierras inglesas, Manchester United y Chelsea empataron a nada en el falso partidazo de este fin de semana. Poco que decir, o mejor nada, que será más bonito que todo lo que se pueda comentar de ese ¿encuentro? El Aston Villa dejó claro sobre el campo que este año no van a sufrir, o no deberían. Al menos, asegurar a sus aficionados que van a luchar cada partido, que ya es más de lo que han podido ver en 4 años. Más cosas positivas que negativas pese a medirse ya con Chelsea, Liverpool y Arsenal. Pellegrini vivió en sus carnes por primera vez cómo la apisonadora que tiene está defectuosa. Unos días actúa como la mejor máquina del mundo, pero otros días desespera porque no arranca y se queda enganchada. Hay que llevarla al taller. Porque un equipo es un equipo cuando la plantilla está unida y trabajada. Y el chileno no encontró eso cuando llegó, sino más bien todo lo contrario. Egos y muchos nombres, pero no un equipo. Y El Tottenham, sin Bale -y sin los refuerzos que podrían llegar con el fin del culebrón- volvió a ganar con un gol de Soldado de penalti, inventado, por cierto, ante un Spanish Swansea que necesita cada día más que Michu juegue en segunda línea y Bony empiece a ser titular. Apunta, Michael, apunta.
Empezó el fútbol en Italia, donde el Hellas Verona del eterno Luca Toni dio la sorpresa ante un AC Milan que no mereció más de lo que consiguió. Derrota 2-1 y gracias. La Juventus, el claro favorito, se impuso con el tanto del recién llegado Tevez en el día en el que Conte volvió a demostrar que Llorente es la última de sus opciones. El mismo día en el que empezó el Inter de Mazzarri, con victoria clara por 2-0 ante el Genoa. Nápoles y Fiorentina, por su parte, presentaron su candidatura al campeonato con un Marek Hamsik encendido y con Giuseppe Rossi marcando dos años después. Se le echaba de menos.
Por nuestras tierras, parece que la vida sigue igual. Al binomio Madrid-Barça le ha salido -de momento- un grano molesto en la retaguardia. Un grano con cara de turco y piernas de lagarto que molesta más aún de lo que lo hace su entrenador en la banda. Imposible, claro. Y es que a ritmo de Arda Turan y Diego Costa el Atlético de Madrid venció -arrolló- a un Rayo Vallecano que nunca existió en el campo. Fueron 5, pero si son 8 nadie dice nada. Mientras, Real Madrid y Barça pasaron serios apuros y vencieron por la mínima con algo de fortuna a la vez que el Athletic volvía a presentar su candidatura para Europa y el Sevilla era un quiero y no puedo de buenos jugadores a los que aún les hace falta partidos para adaptarse. Mientras el Espanyol destrozaba a un Valencia (3-1) que era una sombra de su historia y Giovani dos Santos seguía opositando para fichar por un club gigante fantaseando desde El Madrigal.
Los toques buenos: Marek Hamsik y Giuseppe Rossi. El eslovaco hizo su mejor partido en años. Con Mazzarri no jugaba en su sitio natural y Rafa Benítez le ha vuelto a situar en la mediapunta, con libertad y sin tanto trabajo defensivo. ¿El resultado? Dos goles y una auténtica exhibición en San Paolo. El italiano volvió a marcar 2 años después tras esa doble lesión de rodilla.
El toque feo: Gai Assulin: El jugador del Tenerife fue expulsado por una acción dura, a la par que un compañero suyo se lo fue recriminando, regañándole e incluso empujándole por semejante jugada. Bochornoso.
El toque malo: Guardiola fue abucheado por sus propios aficionados por el estilo de juego del equipo, pese a la victoria.
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