Adam Maher nació en Marruecos en el verano de 1993, pero pronto su familia emigró a Holanda, donde ha desarrollado toda su prometedora carrera como futbolista. Pronto en los Países Bajos descubrió dentro de sí una pasión irrefrenable al correr detrás del balón y se enroló en varios equipos de ligas de barrio. Su calidad y habilidad no pasó desapercibida para los ojeadores del AZ Alkmaar, que con sólo 11 años le ficharon para su fútbol base.
Uno de los misterios de su rápida evolución fue la decisión que tomaron sus técnicos de hacerle jugar con chicos mayores que él durante toda su formación que, junto al valor añadido de su corta estatura, crearon un jugador que iba dos pasos por encima a los de su edad.
Si bien Maher empezó jugando como delantero, poco a poco, su buen dominio del balón hizo que fuera retrasando su posición hasta la mediapunta, donde ahora se desenvuelve como pez en el agua. Una conducción rápida, un cambio de ritmo endiablado y un último pase al alcance de muy pocos, fueron los motivos para que su entrenador Verbeek le tomara como su alumno aventajado y le hiciera debutar con sólo 17 años en Europa League.
Adam Maher |
15 minutos después de pisar por primera vez el AFAS Stadion marcó su primer gol como profesional aprovechando una llegada en segunda línea desde atrás para, después, picar el balón con el portero casi en el suelo.
Desde entonces, siempre hacia arriba. El pequeño jugador comenzó a ser habitual en las convocatorias y poco a poco se hizo un sitio en el 11 del equipo holandés.
Con una velocidad tremenda de conducción, le gusta jugar rápido y asociarse en pases en corto y al primer toque, pero además posee un descaro impropio de un jugador tan joven en el uno contra uno y siempre quiere dejar algo para la galería. Siempre prefiere dar el último pase antes que hacer el gol, pero si tiene la oportunidad, busca portería sin pensarlo. Sobre todo desde lejos gracias a su buen golpeo de balón con ambas piernas -es diestro- y con llegadas en segunda línea, ya sea golpeando de primeras o ganando unos metros más en conducción como en el gol de su debut. Su control del balón es exquisito, su visión de juego es poderosa y su último pase es letal. No es casualidad que de repente Altidore empiece a marcar goles. Pero como todo, tiene sus contras. Aún tiene mucho que pulir, sobre todo, su regularidad, muy propia de los jugadores de su posición.
Estuvo en la lista de preselección para la Eurocopa 2012 para finalmente ser descartado y, visto el rendimiento que dieron sus compañeros, muchos criticaron al seleccionador por no haberle llevado.
Con Van Gaal ya ha debutado en partido amistoso y se antoja pieza fundamental en el futuro del combinado orange y prácticamente también presente. Esto es Adam Maher, goles, asistencias y espectáculo, sobre todo, espectáculo.
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