lunes, 18 de marzo de 2019
El Clan de los Balcanes y un francés como mediador
La cercanía de Italia con los Balcanes y su Liga de primer nivel, suele acabar desembocando en que la mayoría de los jugadores de esos países acaben aterrizando en la Serie A. No es el caso, en cambio, de aquellos que hoy triunfan en el Eintracht Frankfurt, cuatro tipos hasta hace poco desconocidos y que se están destapando como auténticas joyas por la que los del equipo del río Meno se frota las manos porque todo indica podrán vender por un pastizal.
Son Ante Rebic, Filip Kostic, Luka Jovic y Mijat Gacinovic los protagonistas de una temporada en la que, junto a ellos, sobresale la figura de un Sebastien Haller que tiene como única pega para no ser delantero titular de Francia el no jugar en un equipo grande.
No hay sitio para todos, al menos en un mismo once titular, y eso implica que más o menos, salvo Kostic porque juega en una posición radicalmente distinta, todos vayan rotando entre sí y se vayan manteniendo frescos en una temporada que arrancó muy mal con la pronta eliminación de la Copa (donde defendían título) pero que ahora se encauza con la lucha por la Champions y los cuartos de final de la Europa League.
El Clan de los Balcanes más ese francés que habla serbio, al menos en el campo, suma 58 goles en lo que va de temporada. Además, entre ellos, se han repartido también 38 asistencias. Números de equipo grande. Cifras que, si se repitieran en algún club top europeo, tendría a sus protagonistas en boca de todos.
El primero en llegar fue Ante Rebic (25), rebotado de una Fiorentina donde nunca pareció explotar, intentando reencontrarse en Alemania con aquel jugador que sorprendió en Lezpig cuando el gigante de RedBull aún competía en la segunda categoría. Su pase es un poco incógnita, pues pese a que llegó por solo dos millones de euros (hoy su valor de mercado se ha multiplicado por 20), se dice que el equipo italiano se quedó con el 50% de los derechos. Rebic empezó a despuntar al final de la pasada temporada, abandonando la banda y siendo un peligro al contragolpe, certificando su gran curso destrozando al Bayern Múnich en la final de la DBF Pokal y siendo una de las sensaciones del Mundial con los cuadros de Croacia. Hoy, Rebic es la pieza que suele engranar con las dos de arriba. Suma 9 goles y 3 asistencias, números que han frenado en las últimas semanas por una lesión que le ha dejado KO.
Con él mezcla Gacinovic (24), un perfil muy distinto. Gacinovic, serbio, de aquella generación Sub20 que conquistó el Mundial en 2015 junto a Milinkovic-Savic o Zivkovic, caracolea con suma habilidad entre líneas. Es un jugador de último pase, que puede aparecer por la banda o por el centro. El sistema, donde en los costados juegan carrileros largos, hace que Gacinovic solo pueda aparecer de manera natural desde el eje de la medular. Liberado de tareas defensivas, el balcánico ha logrado 2 tantos y 7 pases de gol y su impacto sin duda ha ido mejorando con el paso de los meses. Un fichaje muy inteligente que apenas superó el millón de euros cuando solo despuntaba en la Vojvodina.
En aquella selección Sub20 no pudo estar Luka Jovic (21) porque una lesión le privó de tener actividad en los últimos meses y Paunovic decidió prescindir del chico que con 17 años entonces habría sido el jugador más joven del torneo. Jovic es quizás la estrella del equipo por su margen de proyección, por su joven irrupción y porque en él ya se han fijado todos los grandes de Europa. Bautizado desde cadete como El Falcao Serbio por sus condiciones y habilidades, no es menos cierto que hubo un momento en su hasta ahora corta carrera en el que pareció que se iba a quedar estancado en su salto al gran fútbol. Y es que no tuvo opciones en Benfica, ni en su primer equipo ni en el filial, y no fue hasta finales del curso pasado cuando empezó a demostrar que estaba en condiciones de tirar la puerta abajo.
Hoy, dice Transfermarkt que su precio de mercado es superior a 50 millones de euros. El Benfica lo fichó por 8, el Eintracht lo tiene en calidad de cedido pero también posee una opción de compra que va a realizar y que no llega a los 10. Su temporada es sensacional y sus registros ascienden a 22 goles y 7 asistencias. Aunque posiblemente, cuando leáis estos, ya los haya engordado. En Bundesliga lleva 15 dianas, a solo tres de Lewandowski, sin lanzar penaltis y habiendo jugado un tercio menos que el polaco en cuanto a minutos.
El último del Clan es Filip Kostic (26), quizás el más tapado de todos porque no juega en una posición tan adelantada para brillar. Todo pulmón, todo físico, el tercer serbio del equipo se ha adaptado desde la posición de extremo a ser un carrilero largo por la izquierda. Su precisión en el pase, su gran disparo y su físico inagotable le hacen ser el jugador nacido para jugar ahí. Sus 6 goles y sus 9 asistencias son su mejor carta de presentación. Su pase pertenece al Hamburgo, hoy en Bundesliga2, pero los de Frankfurt también tienen una opción de compra cercana a los 5 millones de euros.
Pero para orquestar todo ese mejunje, Hutter ha buscado la pieza en un francés espigado, con aspecto de todo menos de futbolista y que cuando se calza las botas es precisamente un fino estilista con alma de asesino. Si uno no ve jugar nunca a Sebastien Haller, puede pensar que es cualquier tipo de jugador menos el que realmente es. Su buen pie recuerda un poco a Kanoute. Haller costó 7 millones y hoy, siempre según Transfermarkt, su precio es de 40. A ello han ayudado sus 19 goles y 12 asistencias esta temporada. El galo parece el jugador perfecto para llevar el peso de la Francia de Deschamps, pero es muy difícil dejar de llevar al jugador con el que has ganado el Mundial, por mucho que no haya marcado un solo gol en el torneo, y más si el recambio que vas a llevar juega en un equipo de tercera fila.
La competencia en Francia es tremenda, pero en una transición justa, el delantero del Eintracht debería ser el candidato número uno para compartir delantera con Griezmann el próximo lustro hasta que alguien, con argumentos de peso, diga lo contrario. Vive el Eintracht una temporada de ensueño. Puede que solo tenga una bala, porque todo indica que este verano la espantada puede ser tremenda, para alcanzar la Champions y quién sabe si levantar un título Europeo casi 40 años después. De momento, los balcánicos no solo juegan en el campo, sino que son inseparables fuera de él y parecen reacios a romper el grupo abandonando el equipo. Pero cada jornada que pasa, eso se antoja más difícil.
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