Johannes Simon/Bongarts/Getty Images |
Hoy es uno de los delanteros de moda. Timo Werner, '9' de la selección alemana, es el punta por el que suspiran varios de los grandes de Europa. El Real Madrid, en busca de un jugador que supliera los goles del fugado Ronaldo, era el favorito en las casas de apuestas para hacerse con los servicios del teutón, que finalmente permanecerá un año más en el Leipzig, el club que le devolvió la confianza y le proyectó al primer nivel.
Pero no siempre fue así, porque Werner, de apenas 22 años, ha pasado ya por varios sube y baja en su corta carrera profesional. Y es en ese aspecto, en el de la irregularidad de un jugador joven, donde aparece cierto paralelismo con Davie Selke, ariete un año mayor que él y con quien ha compartido gran parte de su incipiente carrera. Ahora, Selke parece estancado, un delantero sin confianza que se ha ido apagando a medida que los primeros años de vida deportiva han ido pasando. Y esa es exactamente la sensación que vivió en su día Werner, que luego renacería tras cambiar de aires y llegar al equipo de la marca energética. Por eso, quizás Selke está ante la oportunidad de su vida de romper moldes. Y por eso, aunque el mercado ya haya cerrado, podría haber sido una apuesta a la baja que acabara siendo ganadora.
Selke siempre pareció ir un paso por delante de su amigo en la selección, mientras que en la Bundesliga, Werner tomó la delantera. Ambos nacieron prácticamente en el mismo lugar y con apenas 10 meses de diferencia. Mientras Werner crecía en Stuttgart, Selke lo hacía en Schorndorf, una pequeña ciudad a apenas 20 kilómetros de Stuttgart. Ambos probaron suerte en la cantera del VfB Stuttgart pero, mientras Werner era del gusto de los entrenadores (llegó a la cantera con seis años), a Selke no le dieron continuidad y fue rechazado. El golpe fue muy duro, pues Davie soñaba con ser como Mario Gómez, su ídolo, y vestir los mismos colores que él.
Probó suerte en el Hoffenheim, donde se quedó hasta los 17 años en sus categorías inferiores. Ahí apareció el Werder Bremen. Era 2013 y Timo Werner, que seguía quemando etapas en la cantera del Stuttgart, fue galardonado con la Fritz Walter Medal de oro Sub17, que le nombraba como mejor delantero de la generación. Un premio que dividió opiniones pues Alemania Sub17 venía de ser subcampeona de Europa en 2012, pero Werner, que había sido el titular, no había cuajado un buen torneo.
La 2013/2014 supuso la campaña de debut para ambos en Bundesliga. Mientras Werner lograba disputar una treintena de partidos (más de la mitad como titular) y anotaba sus primera goles como profesional (5 en Liga), además de debutar en Europa League, Selke se tenía que conformar con un papel testimonial con solo 120 minutos disputados porque esa temporada se la había pasado jugando en el filial. Por eso, al término de la temporada, la decisión de acudir a la Eurocopa Sub19 con Selke como titular levantó ampollas. En ese momento, aunque Selke hubiera rendido muy bien en la fase de clasificación, Werner estaba más hecho como futbolista. Su compañero en punta fue Mukhtar, hoy perdido en el fútbol sueco.
Selke, en un partido con el Hertha de Berlín Boris Streubel/Bongarts/Getty Images |
Selke tomó la decisión más arriesgada de su vida cuando el Leipzig, que venía ascendiendo categorías de manera meteórica y con un proyecto ambicioso, le propuso ser su delantero estrella en Segunda División. "Quise dar un paso atrás para luego dar dos adelante, o al menos esa era la idea". El equipo de Red Bull pagó 10 millones por sus servicios y Selke respondió con otros 10 goles que le dieron el ascenso al equipo. Mientras, la otra cara de la moneda, era la de un Werner que veía cómo el Stuttgart había descendido. Los seis goles que marcó, solo ayudaron a su equipo con un punto. La situación supuso que Selke acudiera a los JJOO (donde Alemania ganó la plata) y Werner se quedara en casa.
Fue entonces cuando entró en escena de nuevo el Leipzig, que puso algo más de 12 millones para hacerse con los servicios de Timo y juntar así a los dos delanteros más prometedores del país. Werner, devaluado, necesitaba una salida urgente. El Stuttgart vio con buenos ojos el dinero para firmar jugadores de garantías para volver a recuperar la categoría y todas las partes salieron satisfechas. Y Werner la rompió. Marcó 21 goles en su primer año y eclipsó a un Selke que se quedó en un papel muy secundario, siempre en la sombra y siempre suplente. Quizás el mejor momento para ambos llegó en la victoria por 4-1 ante el Hertha de Berlín, donde sellaron la clasificación para Champions League y en la que ambos lograron un doblete. Werner debutó con la absoluta y fue a la Copa Confederaciones, mientras fue esta vez Selke quien tuvo que ver el torneo desde casa.
Había que dar un paso adelante o morir en el banquillo y Selke salió del club. Se marchó precisamente al Hertha, donde jugó Europa League y donde logró acabar la temporada con unas buenas cifras: 14 goles y cuatro asistencias. Werner, por su parte, mantuvo esas 21 dianas logradas el curso pasado, aunque el ratio de goles fue menor pues en Bundesliga solo hizo 13 de ellas y las otras las repartió en todas las competiciones. Otra vez se equilibraba la balanza.
Werner, con el Leipzig / Matthias Kern/Getty Images |
En pretemporada, Selke sufrió un serio percance. Chocó con Salomon Kalou. El golpe, en principio, no pareció revestir gravedad, pero con el paso de las horas la situación se fue agravando y el futbolista tuvo que ser intervenido por un fallo en el pulmón. Colapsó, no funcionaba bien y el delantero no podía respirar. Los médicos determinaron que estaría tres meses de baja, entubado interior y exteriormente. Al mes y medio ya estaba entrenando y es posible que tras el parón de selecciones pueda tener minutos por primera vez esta temporada.
Son como el agua y el aceite. Parece que se repelen y no pueden jugar juntos. Sus carreras han tenido puntos de inflexión en común y allí cuando a uno le ha ido bien, al otro le ha ido mal. Son tan distintos que seguramente sobre el campo serían totalmente complementarios, aunque de momento no hayan rendido bien como pareja (ni en Alemania Sub21 ni en el Leipzig). En términos numéricos, Timo Werner ha metido 56 goles en 184 partidos como profesional a nivel de clubes. Davie Selke ha logrado 38 tantos en 120 encuentros. El ratio gol por partido es casi idéntico.
Timo Werner es un delantero pequeñito, muy hábil y muy rápido. Encontró en el Leipzig una vía de escape cuando apuntaba a quedarse en promesa rota. Davie Selke es un delantero altísimo, de 1'93m de altura a quien se compara con Miroslav Klose, aunque él prefiera ser vinculado a Mario Gómez. Es un jugador de área. Según Transfermarkt, Werner tiene un valor de mercado de 60 millones de euros, mientras el de Selke es de 12. Pero en el fútbol, muchas veces, necesitas tener la fortuna de cara. Y lo que hoy está arriba, mañana está abajo. Sin duda, Davie Selke es un delantero por el que apostar, porque si Werner, su 'hermano futbolístico', es ahora uno de los arietes más cotizados del mercado, ¿por qué no va a serlo ese que siempre ha ido a la par con él?
Selke es jugador de todo el frente de ataque y es muy habilidoso, desafortunadamente se esperaba mucho más de lo que ha rendido, ahora con Klinsmann juega más pero no ha podido marcar goles, la suerte parece no acompañarlo como a Werner, me encantaría verlos juntos en la selección alemana.
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