Cada vez que se abre el mercado de fichajes, los presidentes, jeques y los manager con poder sacan sus relucientes chequeras a pasear. Cifras con innumerables ceros nublan la visión de muchos de las traspasos, que acaban cayendo en saco roto. ¿Quién no se acuerda del fracaso de Kaka', tras pagar por él una millonada? ¿Qué decir de Shevchenko, qué cambió Milán por Londres cuando era el mejor jugador del mundo y acabó siendo un quiero y no puedo en Stamford Bridge?
Son muchos, la mayoría, los que acaban triunfando, rayando al nivel que se les presupone. Con todo, no es menos cierto afirmar que los fiascos más sonados acaban por encabronar a aquellos que apostaron por los jugadores menos lucidos. Fellaini y Soldado, por quienes el año pasado se pagaron millonadas, parece que empiezan a ver la luz al final de túnel en esta su segunda temporada en sus clubes.
La lista para este año es de categoría, con nombres capaces para llegar a lo más alto venidos a menos por diferentes motivos:
Jan Oblak, en su presentación / ATLÉTICO DE MADRID |
Oblak (Atlético): La portería tiene dueño y ese es Jan Oblak. El esloveno, fichaje de relumbrón del Atlético, llegó para cubrir la sonada baja de Courtois. No en vano, los 16 millones que pagó por él el club del Manzanares no eran más que una forma de cubrirse las espaldas y de no cometer por segunda vez el error que en su día hicieron no fichando al belga. Oblak, que partió con desventaja por estar lesionado, se ha visto relegado a la suplencia por Moyá y no ha sabido aprovechar sus oportunidades cuando las ha tenido. No tuvo suerte en El Pireo cuando, ante el Olympiacos, encajó tres goles en un mal partido global. Inédito ante el Hospitalet, una Copa del Rey complicada como la que tiene el equipo rojiblanco es un arma de doble filo: Oblak puede sufrir la presión de medirse pronto ante los mejores con mucho que demostrar; o puede al fin empezar a amortizar por qué se pagó tal cantidad de dinero por él. No andan lejos en la disputa del puesto Ter Stegen y Keylor Navas. El primero, en el Barça, ha sido relegado a la suplencia y sus partidos en Champions han dejado dudas mientras que el del Real Madrid no supo aprovechar las horas bajas de Casillas y tampoco ha dado seguridad cuando Ancelotti le ha dado la oportunidad.
Douglas (Barcelona): Le ficharon como hombre de futuro, deprisa y corriendo ante una posible espantada de Dani Alves que se uniría a una prohibición de fichar que dejaría coja la plantilla. El perfil del jugador, brasileño, carrilero, que invitaba a pensar en un jugador de características similares al propio Alvés, Adriano, Marcelo, aún no se ha podido ver y en los dos partidos que le ha dado Luis Enrique ha sido el centro de las críticas.
Lovren (Liverpool): Fueron 25 los millones de euros que puso el equipo red encima de la mesa para llevar a Anfield a este croata que a tan buen nivel había rendido en el Southampton. Su juego aéreo potente (en las dos áreas), su temple con la pelota y su seguridad al corte, acompañado todo de un gran envío en largo fueron motivos más que suficientes para que Brendan Rodgers se lanzara de cabeza a por este central. Quizás la presión de jugar en un grande y el hecho de que el equipo no acompañe, Lovren no sólo no ha destacado sino que se ha hundido y en las últimas jornadas el veterano y casi retirado Kolo Toure le ha desplazado al banquillo.
Vermaelen (Barcelona): Llegó lesionado y así sigue. Los jugadores no son buenos o malos y ya está, o no dejan de ser de un grupo para irse a otro. También hay grises, colores intermedios que condicionan carreras y el de Vermaelen se pinta con lesiones. Uno de los mejores jugadores europeos en su posición hace sólo unos años que ahora no sale de la enfermería. Apartado del grupo, en el gimnasio o haciendo carrera en solitario, el caso es que Vermaelen, por el que el Barcelona pagó un pastizal, aún no ha debutado y si lo hace esta temporada sería prácticamente al final de ella, con todos los títulos por decidir. Bien podría estar en esta lista Mangala (Manchester City), por cuya mitad del pase pagó 40 millones el equipo de Pellegrini y parece no haberse adaptado aún a la Premier. Lento al corte y con despistes defensivos, no es titular indiscutible pues el veterano Demichelis lo está poniendo difícil.
Luke Shaw, durante un partido con el Manchester / MARTIN RICKETTS / PA |
Luke Shaw (Manchester United): Fue uno de los culebrones del verano. ¿Shaw al Chelsea o al Manchester? Por momentos parecía que este chico maravilla, que acudió al Mundial y llevaba un par de años llamando a la puerta de los grandes se iba a comer el mundo continuando con su interminable progresión, pero no ha sido así. El sistema de 3-5-2 que ha intentado implantar Van Gaal le podría venir incluso mejor que el tradicional 4-4-2 al que él estaba acostumbrado. Un carrilero largo, con muy buen golpeo de balón, muy capacitado tanto en tareas defensivas como ofensivas y un físico prodigioso para un chico tan joven. Incansable. Sobre el papel es muy bonito pero la realidad es bien distinta. Un extremo reconvertido como Ashley Young le ha ganado la partida. También ha jugado ahí Marcos Rojo y no dejan de sonar posibles refuerzos como Baines para ocupar el puesto de un chico que costó algo más de 35 millones de euros. No está sólo en esto, viene pegando fuerte Filipe Luis, curiosamente el fichaje por el que se decantó el Chelsea cuando Shaw decidió ser un red devil. El brasileño se ha visto relegado a la suplencia en el carril izquierdo por un lateral derecho como Azpilicueta, ojito derecho de Mourinho. Por méritos propios, eso sí. Para cerrar la ecuación, Siqueira, que firmó por el Atlético para tapar la baja de Filipe, tampoco se ha ganado el sitio y sólo la lesión del cedido Ansaldi le ha otorgado minutos.
Ander Herrera (Manchester United): Otro fracaso millonario del equipo de Van Gaal. No ha sabido adaptarse al ritmo de la Premier y de momento no es el creador de juego que se le presuponía. Se ha visto adelantado por Fellaini, que el año pasado ocupaba esta lista y ha llegado a jugar con el equipo reserva. Sólo las lesiones de Carrick y sobre todo la de Blind le han brindado de minutos en la actualidad. Tuvo un buen inicio de temporada, pero su caída fue en picado y sin frenos. Aún tiene media temporada para resarcirse.
Rodwell (Sunderland): Era el nuevo niño maravilla del Everton sólo hace unos años y dio un salto de varias alturas fichando por un Manchester City que tenía excedente en esa posición y donde prima más el precio de jugadores ya hechos que el crecimiento de futuras estrellas. Salió al Sunderland con el objetivo de reconducir su carrera y en el primer tramo de la temporada, de momento, ha fracasado.
Cerci (Atlético): Llegó a última hora en el mercado de fichajes y por cómo se desarrolló su culebrón parece que ni él era la primera opción del Atlético ni el equipo colchonero era el destino que el italiano quería. Los 16 millones de euros de su traspaso ponían el listón bien alto a un jugador que de momento es una decepción en España tras haber visto de lo que es capaz en el Calcio. En el banquillo o en la grada, ha demostrado con cuentagotas su potente punta de velocidad y su gran disparo desde lejos en los contados minutos que le ha dado Simeone. Con ganas de hacer demasiadas cosas en el poco tiempo que le dan (o que se gana), no ha sabido de momento complacer a nadie y no parece que su situación pueda mejorar a corto plazo.
Cabella, con el Newcastle / SERENA TAYLOR |
Cabella (Newcastle): Iba a ser el periscopio del equipo, aquel que debía hacer olvidar a Cabaye tras su fuga al PSG y de momento se pasa los partidos entre bambalinas. Cierto es que empezó como titular y se metió a la afición en el bolsillo con acciones de cara a la galería, pero no ha tenido constancia. La irregularidad como sello distintivo, ha desaparecido sobre el campo cada vez que se había ganado los minutos con buenas actuaciones. "Actualmente no está preparado para el nivel de la Premier", confirmó ayer su entrenador.
Marko Marín (Fiorentina): Un habitual en estas lindes. Puso el listón bien alto cuando era un imberbe que fascinaba en la Bundesliga y ahora se le mira siempre con las expectativas en todo lo alto. Nunca triunfó en el Chelsea y cuando mejor estaba el año pasado en Sevilla cayó en la pesadilla de las lesiones. Ahora, en Florencia y en una liga que presumiblemente no se adapta a sus características, pasa las jornadas viendo a sus compañeros desde la banda.
Fernando Torres (AC Milan): La joya de la corona. El volver a sentirse importante en un gran club (venido a menos) hacía pensar que las mejores tardes de Torres podrían verse de nuevo. Su comienzo de temporada fue bueno y desde entonces no ha aparecido. Relegado al banquillo en un equipo que no genera juego ofensivo, todo hay que decirlo, los rumores de que el club italiano quiere acabar con su cesión no invita a pensar que vaya a hacer carrera en San Siro. No mucho mejor le van las cosas a Balotelli (Liverpool). El italiano, que antes ocupaba el puesto de Torres, ha sido la gran decepción del Liverpool esta temporada, donde no ha podido hacer olvidar al hoy culé Suárez, pero tampoco ha aprovechado la baja de Sturridge por lesión y el mal momento de forma física de Lambert. También podría ser nuestro delantero Falcao (Manchester United), que no ha vuelto a dar la talla desde que salió del Atlético. Las lesiones, cierto es, le han privado de minutos en Old Trafford.
Fernando Torres, en un partido con el Milan / EFE |
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