jueves, 30 de mayo de 2013

Dries Mertens: Porque los magos también juegan al fútbol

Forjado en las categorías inferiores del Genk, este menudo futbolista de sólo 164 centímetros de altura comenzó dando sus primeros pasos en el fútbol base del club belga, donde asombró a todos con su rapidez y habilidad, además de hacer una cantidad tremenda de goles.

Mertens, capitán del AGOVV Apeldron
Tras un breve paso como cedido en un club de la Tercera División belga, Mertens dio un paso adelante en su carrera saliendo -también cedido- al AGOVV Apeldorn por un año con opción a compra que posteriormente hizo efectiva y nada más llegar, su capacidad de liderazgo le convirtió en capitán. Tentador a la suerte, eligió el dorsal 13 porque no le temía a nada. Solo tenía 20 primaveras y en dos temporadas anotó la friolera de 29 goles, además de dar 11 asistencias. Buenos números para un joven imberbe que además jugaba en la posición de interior zurdo pese a ser diestro.

Pequeño pero matón. Un puñal en la banda izquierda, a Mertens le gusta jugar a banda cambiada para encarar a sus rivales y salir por dentro, bien para meter un pase interior o para disparar desde lejos, aprovechando así la gran calidad que tiene para ambas cosas. Además, su uno contra uno exquisito le permitió que el Utrecht se fijara en él para jugar por fin con los mayores: en la Primera División holandesa.

El traspaso se cerró por la irrisoria cantidad de 700.000 euros. En un equipo donde la calidad brillaba por su ausencia, el extremo belga sobresalió en su primera campaña jugando todos los partidos de liga -34- además de alguno de copa, consiguiendo 7 goles y 10 asistencias. En Utrecht ya tenían nuevo ídolo.
Mertens (Utrecht)

Con un físico portentoso y resistente a las lesiones pese a su estatura, la temporada siguiente fue la de su asentamiento en la Eredivisie. Era la 2010/2011 y por primera vez en su vida, con 23 años, iba a jugar una competición europea, la Europa League. Realizó, al fin, su debut como internacional absoluto con Bélgica y no pudo llevar al equipo holandés lejos en la Europa League al destinarles la fortuna a quedar encuadrados en un grupo con el Nápoles y el Liverpool. Con todo, la temporada fue espectacular y se convirtió en "El Rey de la Asistencia" al terminar el curso con 14 goles y 27 asistencias. 

Su juego domingo tras domingo no fue más que su carta de presentación para hacer lo que suelen hacer todos los grandes jugadores de la Eredivisie: dar el salto a uno de los dos grandes, Ajax o PSV. Él se fue a Eindhoven por 8 Millones de Euros, todo un acierto de la directiva del equipo neerlandés, que cubrió así -y mejoró visto lo visto- la posición que había dejado la marcha del húngaro Balazs Dzsudzsak. Y no sólo la posición, sino la huella y herida que dejaba el último gran crack del equipo que se marchaba al fútbol ruso por los petrodólares.

Su presentación fue la primera gran multitudinaria de las que se recuerdan por Europa. El Phillips Stadium se vistió con las mejores galas para recibir a su nueva estrella, un pequeño belga que había despuntado en un equipo menor del país al que la camiseta le podía pesar mucho y la banda se le podía hacer eterna. Todo lo contrario. Ante la presión y la adversidad, Mertens se creció. Sacó su mejor repertorio de jugadas, regates, asistencias y goles. Dignos para enseñar a los jóvenes extremos como se tiene que jugar. Eligiendo bien cada jugada, cada momento y tomando cada decisión como un metrónomo. 27 goles. ¡27 goles! ¡Un jugador de banda! Sí, en la Eredivisie, la liga famosa porque los delanteros se aprovechan de la debilidad de las defensas para engordar sus cifras goleadoras. El caso es que ninguno siquiera se le acercó. Y si sólo fueran los goles...

Porque su mejor aliado, ese año, fue el sueco Toivonen, que se aprovechó de las asistencias de su compañero para anotar 18 tantos. Y es que Mertens no solo hizo esa cantidad de goles, sino que además repartió 25 asistencias. ¡25 asistencias!
Dries Mertens (PSV)
Prodigio a balón parado, cada falta al borde del área es una as en la manga de su equipo y un montón de suspiros entre la afición rival. Ya sea en el golpeo directo a portería o en la jugada ensayada -incluyendo desde el córner-, el PSV se aprovechó de su golpeo para sacar infinidad de puntos.

Mertens (Bélgica)
Capaz de liderar a sus compañeros y echarse el equipo a las espaldas. Rápido, habilidoso con ambas piernas y con un cambio de ritmo brutal, la temporada que acaba de terminar no ha sido peor que la anterior. Mertens nunca se asentó porque nunca le hizo falta. Ha demostrado que llegó desde el primer día para quedarse y aunque ha tenido un pequeño bajón en sus cifras goleadoras -estuvo un mes lesionado por una rotura de fibras- haciendo "sólo" 20 goles -insisto, brutal para un jugador de banda-, ha repetido las 25 asistencias que dio la temporada pasada.

Mertens está en la cumbre, su nombre está en el mercado y los grandes clubes ya se han fijado en él. Un puñal por la banda, con un guante en su diestra y un francotirador a balón parado. Ese jugador que está llamado a liderar a la generación belga que viene junto a Eden Hazard. Porque también existen magos que saben jugar al fútbol. ¿El último en salir de la chistera? Dries Mertens.

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