"Sólo existe un Sherarer, un Alan Shearer, nosotros caminamos cantando esta canción, caminamos en el maravilloso mundo de Alan Shearer". Así es como recibían cada domingo los aficionados del Newcastle a su última gran estrella. Dicen que los reyes gobiernan a sus anchas a todo un pueblo que trabaja para ellos. Shearer era el rey de reyes, venerado por todos y cada unos de los seguidores del toon. Pero a diferencia de otros, él era quien trabajaba para hacer felices a miles de personas que vestían rayas blancas y negras y se hacían llamar con mucho orgullo, urracas.
260 goles en la Liga Inglesa le contemplan. O lo que es lo mismo, el máximo goleador de toda la historia de la Premier League: El "9" del Newcastle. Allí fue donde nació hace casi 43 años con un único sueño: Jugar algún día con la camiseta número 9 del equipo de su vida, el Newcastle United. Un sueño que se truncó en los inicios, cuando el equipo del noreste de Inglaterra le rechazó en las jornadas de pruebas en las que se presentó. Para su suerte, por allí andaban ojeadores del Southampthon que le ofrecieron recorrer toda la isla para enrolarse en las categorías juveniles del equipo rojo y blanco del sur de Inglaterra. No se lo pensó. Sólo tenía 16 años y un nuevo camino se le acababa de abrir delante.
Alto, delgado, veloz y espigado, rápido comenzó a alternar entrenamientos con el primer equipo y con las inferiores. Su progresión meteórica le valió para entrar con cuentagotas en la primera plantilla en la temporada 1998. Y con sólo 17 años y 240 días consiguió su primer gran trofeo al convertirse en el jugador más joven de la historia en anotar un Hat Trick -ante el Arsenal-, superando un récord que contemplaba el mítico Jimmy Greaves durante más de 30 años. En el equipo liderado por Jimmy Case y Matt Le Tissier, Alan comenzó jugando como mediapunta, siendo más asistente que goleador y con escasos minutos hasta la temporada 90/91 -en la que fue elegido mejor jugador del equipo- debido a su juventud y a la competencia.
Y en ese verano de 1991, su historia dio un giro de 180 grados. Fue elegido para dirigir a la selección Sub 21 del país en el famoso Torneo de Toulon, llevando al equipo a ganar el título con 7 goles en 4 partidos. Esa temporada, en liga, anotó 14 goles, lo que le sirvió para ser convocado con la selección absoluta y jugar la Eurocopa de aquel año.
Manchester United, Liverpool, Leeds United... Todos los grandes suspiraban por Shearer De hecho, los Reds Devils habían lanzado el verano anterior una oferta por el delantero inglés que, con mucho criterio, rechazó la ofensiva por la histórica rivalidad entre el equipo de Old Trafford y su equipo de toda la vida, el Newcastle. Pero tras su gran temporada, ya estaba preparado para ir a un mejor club. En este caso, el Blackburn Rovers. Un equipo que venía de la segunda división pero que tenía un proyecto llamativo.
En su primera temporada con el equipo de azul y blanco (92/93), Shearer anotó 16 goles en 21 partidos llevando al equipo a ser 4º en Liga, además de 6 goles en 5 partidos de Copa. Y sólo un año más tarde, sin lesiones de por medio, pudo disputar la primera gran temporada completa, llegando a anotar 34 goles en 48 partidos, siendo 31 de ellos en liga sólo superado por el delantero del Newcastle Andy Cole. Además, el Blackburn fue segundo en liga por detrás del Manchester United.
En la 94/95, el Blackburn se alzó campeón de liga con un punto de diferencia con respecto al anterior campeón, el Manchester United. Y el delantero inglés tuvo gran parte de culpa gracias a sus 34 goles en la competición doméstica. Su sociedad en la delantera con Chris Sutton hacía estragos en las defensas rivales y rápido la pareja fue bautizada como 'SAS' -Shearer and Sutton-. Además del campeonato, Alan obtuvo el premio del máximo goleador de la liga y el galardón al mejor jugador de la Premier en esa temporada.
Con el equipo centrado en Champions, la mira en los objetivos ligueros decayeron y el Blackburn sólo consiguió ser 7º en la 95/96. Fue su última temporada como Rover y anotó 31 goles, alzándose por segunda vez consecutiva con el premio del máximo goleador.
"He cumplido el sueño de toda mi vida, vestir la camiseta número 9 del Newcastle. Marcar goles en St. James Park era lo único que quería hacer". Así comenzó su discurso en el partido homenaje que le hizo el Newcastle en su despedida, en St. James Park ante el Celtic de Glasgow. Un sueño que consiguió en el verano de 1996, cuando las urracas pagaron 22 millones de Euros por el delantero inglés, en lo que era hasta entonces la mayor cantidad de dinero pagada por un jugador.
Fue probablemente el mejor año de su vida. Feliz por haber firmado con los magpies, acudió a la Eurocopa como líder de su país, al que llevó a la semifinal. Sólo los penaltis fueron capaces de vencer a los pross, que se quedaron sin final en el partido previo ante Alemania desde la fatídica tanda de los 11 metros. Los 5 goles que anotó durante el torneo le valieron para hacerse con la bota de oro, y además, ser elegido en el 11 ideal del torneo.
Empezó en el Newcastle (96/97) como un huracán. El baño de masas que se había dado el día de su presentación bien se estaba justificando domingo tras domingo en el templo magpie. Tales eran sus actuaciones que fue nombrado como 3 mejor jugador del mundo en la entrega del Balón de Oro -Balón de Bronce para él- superado por Sammer y Ronaldo, y como 3º mejor jugador en la gala del FIFA World Player por detrás de Ronaldo y George Weah. Y las urracas volvieron a quedar subcampeonas de liga gracias en parte a los 25 goles de su delantero, que se alzó por tercera vez consecutiva con el premio al máximo goleador.
Y en el mejor momento de su vida, todo estuvo a punto de torcerse. En el verano de 1997, en un partido de pretemporada frente al Everton, Shearer se rompió los ligamentos de su rodilla, quedando en el dique seco durante 5 meses. Llegó a un equipo roto y fuera de forma para ayudar a mantenerlo en una zona más o menos tranquila. Su contribución en el final de la temporada pasada le sirvió para volver a ser elegido como mejor jugador de la liga. Su cartel era tan importante en el mundo entero, que Sir Bobby Robson -que más tarde sería entrenador del Newcastle-, intentó fichar al jugador para el FC Barcelona en aquel invierno, pese a estar lesionado. Se hizo oficial una oferta de 26 millones de euros que tanto Shearer como Dalglish -entrenador del equipo inglés- rechazaron. Se decía que el técnico del Barcelona estaba obsesionado con el "9" inglés y que uno de los motivos por los que dirigió al Newcastle posteriormente fue por tenerle a sus órdenes.
Con el miedo en el cuerpo aún, Shearer acudió como capitán al Mundial 98 donde Argentina dejó fuera por penaltis a los pross en el torneo que dio a conocer a Michael Owen como estrella mundial. En liga, volvió a superar la cirfa de los 30 partidos, anotando sólo 14 goles en una de las peores temporadas de su vida.
Con la llegada de Bobby Robson en el banquillo, la Toon Army soñaba con volver a los puestos cabeceros tras dos años de penurias. y Shearer sabía que era él el hombre que debía liderar al equipo. Para ello, decidió abandonar la Selección, con sólo 30 años, y dedicarse al equipo de sus amores. Volvió, por fin, a cosechar sus cifras estratosféricas de goles, olvidando por completo su lesión. Fueron 23 goles, pero el Newcastle volvió a quedar en la segunda mitad de la tabla. Y una nueva lesión de ligamentos le volvió a dejar en blanco a la siguiente temporada, privando también al equipo de alcanzar cotas más altas.
Con ansias de títulos, Alan volvió en la 2001/2002 con más ganas que nunca y el Newcastle sacó la chequera a pasear para fichar, entre otros, a Laurent Robert, Jermaine Jenas y Craig Bellamy. Además de la incursión de un jovencísimo Chopra que empezaba a despuntar con las inferiores y a asomar el hocico en el primer equipo. Con 27 goles, el Newcastle finalizó 4º, en un puesto que daba opciones a Champions y que catapultó la economía del club para la siguiente temporada.
Una temporada (02/03) en la que el equipo volvió a acabar en puestos de Liga de Campeones, esta vez como tercero en liga y con un Shearer encendido que hizo 25 goles. Tenía ya 33 años, pero su físico portentoso y su facilidad para estar siempre en el punto crítico le permitía seguir cosechando goles a raudales.
Pero ya tenía una edad, y aunque seguía jugando casi todos los partidos cada temporada, el retiro estaba más próximo que lejano. En una liga tan física, con tanta dureza, los magpies temían el día en que su Dios colgara las botas. Con 34 años, volvió a rozar los 28 goles en una temporada, llevando a su equipo a las semifinales de la Copa de la Uefa, una de las mejores actuaciones del Newcastle en la historia, donde el todopoderoso Olimpique Marsella de Drogba venció a los ingleses.
Aquel verano se empezó a rumorear con su retirada. Nadie imaginaba cómo un hombre que había hecho casi 30 goles y seguía dando tardes de gloria al fútbol inglés podía colgar las botas. No lo hizo. El Newcastle firmó a un delantero centro para competir con él. Era Patrick Kluivert. Fue entonces cuando volvió a recordar de dónde vino: de la mediapunta. Sin dar asistencias, se convirtió en la pareja perfecta para el holandés. Ambos se abrían espacios y combinaban para acabar marcando. El inglés sólo hizo 7 goles en 28 partidos de liga. Un fracaso para lo que tenía acostumbrado a su afición. Pero el equipo, con una plantilla pobre, no acompañaba y terminó en 14º posición. Eso sí, en la Copa de la Uefa, el equipo volvió a dar la cara llegando a Cuartos de Final y el delantero inglés terminó como máximo goleador del torneo con 11 goles en 9 partidos.
Y entonces llegó. Llegó el día en que anunció que se retiraba. Lo anunció meses antes. "Dejaré el fútbol al final de temporada", dijo. Todos lloraron y él no. Él lloró más tarde, cuando de verdad lo dejó. Y lo dejó en lo más alto. Sólo llevaba 7 goles en 30 partidos de liga. Llegaba el Wigan a St. James Park y en el minuto 5 ya estaba ganando, privando a las urracas de terminar en posiciones europeas. Fue entonces cuando se echó el equipo a las espaldas y de golpe y porrazo viajó en el tiempo para rejuvenecer unos años y dar la vuelta al partido con dos goles delante de su afición. Sus dos últimos goles en St. James Park. Pero no el último de su carrera. Se guardaba lo mejor, la visita al Estadio de La Luz. Sólo dos días después, el Newcastle cruzó el río Tyne para jugar, al otro lado del condado del Tyne-Wear con el eterno rival, el Sunderland, en uno de los derbis más apasionantes de todo el panorama futbolístico.
Los Black Cats empezaron ganando aquel partido en el que se jugaban a vida o muerte sus últimas opciones de mantener la categoría. Rápido Chopra empató, y Shearer, desde los 11 metros, mandó el balón a la red por última vez en su vida como profesional, poniendo el 1-2 un marcador que terminaría con 1-4 y sepultaría a los de Sunderland. Unas pequeñas molestias le retiraron en el minuto 71 dando entrada a Albert Luque en lo que iban a ser sus últimos minutos en la Premier. Nunca volvió.
Último gol en su carrera, frente al Sunderland |
Aún lesionado, Shearer tuvo un partido homenaje en su casa, St. James Park ante las más de 50.000 personas que llenaron el estadio. El rival elegido fue el Celtic de Glasgow. En él, viejas glorias como Lee o Ferdinand se vistieron de corto mientras el eterno "9" veía el partido desde el banquillo esperando el momento. Su momento, cuando el árbitro señaló los 11 metros, se despojó de la sudadera y saltó al verde entre un estruendo rival para marcar, ahora sí, el último gol de su vida.
Último gol, en su partido homenaje |
Mosaico en su partido homenaje |
St. James Park por fuera, el día del partido homenaje |
Después, su discurso. Unas palabras directas y claras en las que mencionó a Jackie Milburn -2º máximo goleador del Newcastle detrás de Shearer- para darle las gracias por haber sido una leyenda del equipo que amaba. En un homenaje que se celebró el 11 de mayo de 2006, cuando Milburn habría cumplido 82 años si un cáncer no se lo hubiera impedido. Y aunque se mantuvo todo el discurso sereno y compacto, se terminó derrumbando entre lágrimas una vez dejó el micrófono. "Thank You Alan".
Estatua de Milburn y Shearer |
Entre sus trofeos, además del Balón de Bronce (1996), el 3º puesto en el Fifa World Player (1996), La liga Inglesa (94-95) y los títulos a mejor jugador de la temporada (1995 y 1997), Alan Shearer figura como delantero en el equipo ideal de los últimos 10 y los últimos 20 años de la Premier. Pelé le eligió en una lista oficial FIFA como uno de los 100 mejores jugadores de la historia. Fue dos veces máximo goleador de la UEFA y estuvo en el 11 ideal de la Eurocopa 1996, en la que además ganó la Bota de Oro. Obtuvo 3 veces -consecutivas- el trofeo al máximo goleador de la liga inglesa y tiene el récord de goles en una temporada de 42 partidos (34 goles9 y de 38 (31). Es el máximo goleador de la historia del Newcastle y de la Premier League y fue introducido en el Hall de la Fama de Inglaterra en 2004.
Además, en 2007 comenzó un proyecto para que dos estatuas fueran construidas en los aledaños de St. James Park. Jackie Milburn con un balón en los pies asistiendo a Alan Shearer, recibiendo con su palma en alto. Los dos mejores jugadores de la historia del club. Un proyecto que si bien estaba casi terminado, nunca se concretó cuando el nuevo dueño, Mike Ashley, llegó al club.
Este era Alan Shearer, el mayor artillero en la historia de Inglaterra. El delantero más completo que dieron las islas. Alto y rápido, empezó siendo un imberbe espigado para terminar siendo un hombre hecho y derecho con una fuerza y una potencia brutal. Con un golpeo exquisito con ambas piernas y un manejo del balón parado como pocos. A colocar o a romper, le daba igual. Dicen que nunca falló un penalti. Dicen que siempre estaba ahí para recoger la basura y mandar el balón a guardar. No sólo lo dicen. Su palma en alto cada vez que marcaba encandiló a todos. Fueron 260 veces en Liga, aunque en realidad marcó 409 en su carrera. Este era Alan Shearer, uno de los delanteros más completos que estos ojos pudieron llegar a ver. Sus números no engañan. "There's only one Alan Shearer".
No hay comentarios:
Publicar un comentario